"La protección civil en España es de país tercermundista", declara Federico Gallo

España invierte 5,88 pesetas por habitante y año en protección civil, cantidad meramente simbólica sí se tiene en cuenta el caso de otros países, como la Unión Soviética, que invierte 1.925 pesetas, o Suiza, con 2.107. Estas cifras fueron facilitadas a Efe por el director general de Protección Civil, Federico Gallo, nombrado en un reciente Consejo de Ministros.«Estamos casi a nivel de país tercermundista», añadió el director general, «y por eso era necesaria la actuación del Gobierno, concretada ahora con la creación de la dirección general que se me ha encomendado».

Tras asegurar que «vamos a tomarnos en serio, de una vez por todas, el tema de la protección civil», Gallo añadió que la primera medida va a consistir en confeccionar un inventario de recursos movilizables por cada gobierno civil. Preguntado sobre una posible alarma nuclear, manifestó que «existe una red nacional de 2.000 puntos de alarma, capaz de detectar cualquier exceso en los índices de radiactividad, además de una serie de equipos móviles».

«En este ámbito», añade, «una de las primeras actuaciones ha consistido en ordenar una serie de estudios sobre la seguridad de las centrales nucleares de Trillo y Lemóniz. Estos estudios estarán ultimados en septiembre e, inmediatamente, nos pondremos a trabajar sobre ellos». En relación con la construcción de refugios atómicos, declara que sólo hay planes teóricos, pero todavía no existe ninguno.

Igualmente, se muestra partidario de concienciar a la población por medios de clases en EGB, dotar de contenido al cuerpo de voluntarios que contemple el decreto de constitución de la dirección general e impartir cursillos anuales de protección, para educar al conjunto de la población. El tercer nivel sería crear un servicio civil sustitutorio del militar en algunos casos específicos, como los objetores de conciencia.

Por último, Federico Gallo anuncia la firma de un convenio para extender a la totalidad de los gobiernos civiles la comunicación con los radioaficionados, que hoy sólo afecta a la mitad de ellos.