París y Londres discuten la rebelión de Espíritu Santo en Nuevas Hébridas

Mientras funcionarios bnitánicos y franceses discuten en París las medidas a tomar a raíz de la «rebelión» que protagoniza un ex conductor de bulldozers en la remota isla de Espíritu Santo, en el archipiélago de las Nuevas Hébridas, varias embarcaciones enviadas por el gobernador inglés continúan la evacuación de las mil personas que se niegan a aceptar el Gobierno del presidente rebelde.

La increíble historia tiene por escenario un grupo de una docena de islas mayores, rodeadas de isletas y atolones, conocidas por las Nuevas Hébridas, un condominio franco-británico desde: hace 74 años, donde James Mitchener situaba la acción de su narración Historia de los mares del Sur.

El motivo de la rebelión del autoproclamado presidente de Espíritu Santo, Jimmy Stevens, un ex conductor de bulldozers, es su negativa a aceptar la independencia del archipiélago, prevista para el próximo 30 de julio, tras la celebración de elecciones entre los 80.000 habitantes de las islas que dio la victoria al partido anglófono, dirigido por un reverendo anglicano, Walter Lini.

La rebelión comenzó el miércoles pasado, y para indicar la seriedad de sus intenciones, tras expulsar al representante del Gobierno británico, Stevens tomó la precaución de colocar una serie de bidones de gasóleo atravesados en la única pista del único aeropuerto de Espíritu Santo, con el fin de impedir el envío de tropas por el aire. Acto seguido, proclamó por la emisora de radio local la independencia de la isla.

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