Los beneficios del Banco Central en 1979 ascienden a 8.277 millones de pesetas

Los beneficios a distribuir por el Banco Central ascendieron durante el ejercicio de 1979 a 8.277 millones de pesetas, frente a los 8.072 de 1978, lo que supone un incremento del 2,54%.

Según datos facilitados ayer por el presidente del Banco Central, Alfonso Escámez, su grupo bancario alcanzó, al término del pasado ejercicio, la suma de 96.000 millones de pesetas en los recursos propios, y de 1.144.000 millones en los recursos ajenos. Además de los 15.000 millones que incrementan las reservas (por adición de la dotación procedente de resultados y la revalorización de bienes, en aplicación de la ley de Presupuestos), el Banco Central ha efectuado saneamientos con cargo a la cuenta de resultados por cerca de 10.000 millones, lo que ha permitido a la entidad -según el señor Escámez- constituir un fondo de autoseguro que se considera suficiente para cubrir el índice máximo de riesgos en los dos próximos años.Con el incremento de reservas, los fondos propios se sitúan en 73.199 millones de pesetas. El dividendo aumenta a 66,50 pesetas por acción y, sobre la base de los fondos propios al final del ejercicio, queda fijado en 83,36 pesetas por acción para el año 1980. Esto supone, teniendo en cuenta la bonificación fiscal, una rentabilidad sobre el valor nominal del 19,17% y una expansión del dividendo del Banco Central, en los dos últimos años, próxima al 45%.

El valor añadido al PNB por el Banco Central fue de 42.790 millones de pesetas en 1979, año en el que abrieron 122 nuevas oficinas. El crecimiento de los recursos ajenos rondó los 104.000 millones de pesetas.

Por otra parte, la memoria de 1979 incluye, por primera vez documentación sobre cuotas de mercado y clasificaciones regionales con el coeficiente de inversión-recursos a nivel regional que se consideraba de carácter reservado. «Las autonomías», señaló ayer Alfonso Escámez en la reunión con los medios informativos, «no nos ha cogido por sorpresa, ya que el Banco Central ha regionalizado las decisiones, hasta el punto de que solamente un 4% de las operaciones ha de ser decidido a nivel de central».

De la cuenta de explotación (véase cuadro adjunto) destaca un cierto estancamiento en los costes de transformación, un fuerte saneamiento del 200%, aproximadamente con respecto al año anterior y una cierta caída en la dotación a reservas extraída de la cuenta de resultados.

«Preferimos ser el primer banco de España en costes más bajos», declaró Alfonso Escámez, «antes que en depósitos, y preferimos sanear antes que crecer por crecer». En respuesta a una pregunta sobre la importancia de ser el «hermano mayor» en el ranking bancario, puesto que ha defendido Banesto con la absorción del Banco Coca y la participación en el Banco de Madrid y Banco Catalán de Desarrollo, el señor Escámez dijo que «no se puede hacer nada por vanidad ni de cara a la galería, porque eso se paga más tarde o más pronto».