Negociaciones Gobierno-ETA

El ministro del Interior ha afirmado, en su intervención ante el Parlamento del día 21 de mayo que mejor dominada estaría la violencia en Euskadi si el ex consejero del Interior señor Benegas hubiera mostrado antes, en 1977-1978, una firmeza que no mostró cuando propugnaba la negociación con ETA.Yo pienso que del hecho de que un acto suceda antes y otro después no cabe deducir que el primero sea causa del segundo. Así, no cabe aventurar el juicio de que la causa del aumento de la violencia de ETA esté, ni en el hecho de que Benegas haya propuesto una negociación, ni tampoco en el de que tal negociación no haya tenido lugar. Pero, desde luego, más verosimilitud tiene la segunda hipótesis que la primera.

La posición que la Consejeria del Interior mantenía en esos momentos era bastante más compleja que la simple propuesta de una negociación. Se había elaborado una estrategia contra la violencia cuyos puntos centrales eran: extensión, a nivel de la sociedad civil de la consciencia de que la violencia era una vía opresora y suicida: promoción de soluciones institucionales sobre la afirmación de la Constitución y del Estatuto, defensa de los derechos individuales y democráticos frente a los abusos autoritarios del Gobierno y de las Fuerzas del Orden Público y frente a las coacciones y violencias de ETA, tratamiento político del tema de la violencia, lo que implicaba facilitar la negociación entre el Gobierno y ETA. Para una Consejería que aún no había recibido competencias del Estado, suponía todo ello un considerable esfuerzo de estrategia política.

Dentro de toda esta estrategia se comprendía que la negociación era una gestión de muy difícil éxito, pero que valía la pena realizar el esfuerzo. Necesariamente, los interlocutores se encontraban, de entrada, muy alejados: el Gobierno deseaba una pura y simple rendición, ETA -o los que en esta organización pudieran ser partidarios del diálogo- buscaba un armisticio. ¿Acaso el diálogo podría haber abierto la vía para una solución intermedia, la de una capitulación con condiciones?

El aumento de los asesinatos y de las coacciones, por parte de ETA, y la torpeza del Gobierno para corregir sus repetidos errores y para enfrentarse políticamente con soluciones de futuro, han hecho hoy imposible la negociación. Que esto iba a ocurrir ya se temía en la Consejería del Interior. Pero en 1978 Benegas debía seguir su esfuerzo, porque tanto ETA como el Gobierno se mostraban, en principio, dispuestos a las conversaciones.

Yo no puedo testimoniardirectamente sobre si Suárez o González dicen la verdad, cuando uno niega y el otro afirma, la disposición favorable del Presidente a las negociaciones con ETA. Pero sí puedo decir, porque fuí testigo en que la última vez que Martín Villa le dijo a Benegas que estaba de acuerdo en entablar negociaciones, aventuró como posible representante del Gobierno al hoy ministro del Interior, señor Rosón./ Ex director de Derechos Humanos de la Consejería del Interior del Consejo General Vasco.