Un trotamundos en paro

Helenio Herrera nació en Buenos Aires el 17 de abril de 1916, de padres españoles que habían emigrado allí en busca de trabajo. Cuando tenía tres años, sus padres, que no habían mejorado su situación, se trasladaron a Marruecos, a un arrabal de Casablanca, donde Helenio Herrera se crió, se aficionó al fútbol y se hizo jugador del Rácing de aquella ciudad. Fue fichado por el Francés, de París (hoy desaparecido), y jugó en varios equipos de la capital francesa. Por dos veces fue alineado en la selección de este país. La guerra interrumpió su carrera, y al final de la misma se había convertido en entrenador del Stade Français, para el que fichó, entre otros, a Marcel Domingo y Ben Barek. En la temporada 1948-1949 se incorporó al Valladolid, del que pasó al Atlético, club en el que en dos años consiguió otros tantos títulos de Liga. De ahí fue al Sevilla, en el que permaneció cinco temporadas con estimables resultados, y, tras un breve paso por el Os Belenenses, de Portugal, fichó, en la temporada 1958-1959 por el Barcelona, con el que ganó, en dos años, dos Ligas y una Copa.En la cima de su fama y de su gloria fue contratado por el supermillonario Inter de Milán, al que primero hizo campeón italiano y después, por dos veces consecutivas, de la Copa de Europa y la Intercontinental. A partir de entonces, las cosas no le han ido tan bien. Su paso por el Roma no fue triunfal, y su retorno al Inter se vio bruscamente interrumpido por un ataque al corazón. Tras una larga inactividad, entrenó al modesto Rímini, de Segunda, hace ya cinco años, y desde entonces su única vinculación con el fútbol ha sido la redacción de artículos para revistas.

Ahora vuelve al fútbol activo como entrenador de un histórico, el Barcelona, que atraviesa un mal momento. La misión será garantizar la participación en un torneo continental la próxima temporada.