Arabia Saudí apoya la estrategia norteamericana de defensa del golfo Pérsico

La declarada disposición de Estados Unidos para usar si fuera necesario su capacidad militar en el golfo Pérsico ha ganado el apoyo saudí, según fuentes norteamericanas. El consejero de seguridad del presidente Carter, Brzezinski, se entrevistó a comienzos de semana en Ryad con el príncipe Saud y con el príncipe heredero Fahd. Las conversaciones fueron descritas por funcionarios estadounidenses como «las mejores en mucho tiempo sobre temas de seguridad».Aunque no se ha publicado ningún comunicado oficial sobre el resultado de este encuentro, parece que las relaciones Washington-Ryad han mejorado como consecuencia de la determinación mostrada por la Casa Blanca. En los últimos meses, los saudíes han mostrado cierto recelo por la que ellos consideran falta de energía norteamericana para contrarrestar la influencia soviética.

A la presión de Brzezinski para que Ryad se una a los planes militares de Carter en la zona, Arabia Saudí, sin embargo, parece haber respondido con una negativa. No habrá tropas estadounidenses estacionadas permanentemente en territorio saudí, ni sus puertos y aeropuertos podrán ser utilizados regularmente por la Armada y la aviación norteamericanas.

«Compartimos los puntos de vista sobre la significación de la invasión soviética de Afganistán y sobre la importancia de Pakistán», dijo el lunes un alto funcionario de la delegación norteamericana que llegó a Ryad procedente de Islamabad. En las últimas dos semanas, Arabia Saudí ha tomado la iniciativa para que los países musulmanes apoyen al régimen del general Zia UI-Haq, sobre el que pesaría una potencial amenaza soviética desde Afganistán.

Washington desea que los saudíes aporten una parte de los cuatrocientos millones de dólares que la Casa Blanca ha decidido conceder a Pakistán.

Las conversaciones entre norteamericanos y saudíes duraron cuatro horas. Junto a Brzezinski estuvo el subsecretario de Estado, Warren Christopher. El príncipe Saud, ministro de Exteriores, y el heredero Fahd, viceprimer ministro, no desmintieron las afirmaciones norteamericanas, según las cuales aparecieron «nuevos y positivos elementos» en las relaciones entre ambos países.

Estados Unidos, dedicado a la creación de un «paraguas de seguridad» en Oriente Próximo, ha comenzado a centrar su atención en Yemen. El secretario de Estado, Cyrus Vance, ha declarado ante el Comité de Asuntos Exteriores del Congreso que el país asiático afronta una difícil situación a causa de la creciente influencia soviética.