Traslado de una estatua de Franco

Nuestras hijas acuden, desde hace más de tres años, a uno de los colegios estatales más dotados de Valencia, del que, en líneas generales, estamos bastante satisfechos.Creemos en la pluralidad en los centros; por ello, y a pesar de que de cuando en cuando, dependiendo de según qué profesores, se vierten conceptos o actitudes a los niños con las cuales no coincidimos, respetamos estos hechos en aras de esa pluralidad, contrarrestándolos en el seno de la familia con una discusión razonada, dejando siempre la libertad de análisis a las niñas.

Estas líneas vienen motivadas por lo que a continuación relatamos. En la clase de 2º de EGB de una de nuestras hijas salió a relucir el próximo traslado de la estatua de Franco de la plaza del País Valenciano de nuestra ciudad. Nuestra hija, que, a pesar de su corta edad, llegó a conocer la represión en el seno de su familia por parte del régimen que instauró por la violencia el anterior jefe del Estado, se permitió, en contra de los que como su maestra deploraban el traslado de dicha estatua, comentar que ella se alegraba. Ante la pregunta de su maestra del porqué, contestó que porque «ese señor había sido malo». La maestra replicó: «Ni se te ocurra volver a repetir que era malo, pues fue muy bueno.»

Respetamos la opinión de la profesora en el sentido de que Franco fue «bueno», pues creemos en la libertad de expresión. Pero exigimos que se respete, en materia opinable como la que tratamos, la opinión de los alumnos, aunque sea contraria a la del profesor y que no trate, con frases intimidatorias como «ni se te ocurra ... », de torcer el libre y razonado pensamiento de sus alumnos.

Capítulo aparte merecería la enseñanza de la religión a alumnos cuyos padres se han manifestado contrarios y que a dicha señora parece tenerle sin cuidado. Ni queremos, ni deseamos escuelas en las que se diera una educación completamente de acuerdo con nuestros principios e ideas. Queremos, por el contrario, una escuela plural, en la que fluyan todas las ideas y se contrarresten dialécticamente con la máxima libertad y respeto.