Historia de los suplicatorios

El diario de su dirección del jueves 29 de los corrientes publicaba la reseña de una rueda de prensa celebrada en Bilbao en la que intervine personalmente. La reseña me atribuía la opinión de que durante la segunda República las peticiones de levantamiento de inmunidad parlamentaria «fueron siempre denegadas». En este extremo la reseña incurre en un fallo de transcripción, lógicamente involuntario.Lo que realmente manifesté, a preguntas de un periodista, fue que no conocía precedentes de concesión de suplicatorio por las Cortes durante la segunda República por hechos análogos a los que nosotros (los parlamentarios de HB) hemos realizado.

Bajo dicha República se concedieron y denegaron en efecto varios suplicatorios en materia de delito común. En materia de delito político se concedieron y denegaron varios suplicatorios bajo acusaciones de tenencia ilícita de armas y de rebelión militar. En el año 1935, bajo el Gobierno de la derecha, se concedieron tres suplicatorios contra diputados socialistas por presuntos delitos cometidos a través de la prensa, basándose la concesión en el hecho de que los delitos se perseguían «a instancia de parte, por delitos de índole privada y que afecten a la honorabilidad de las personas». Los demás suplicatorios en materia de prensa y otros políticos, fueron denegados, entre ellos los solicitados contra Aguirre, Irujo y Monzón por presuntos delitos de «desacato, desorden público y atentado».