La ejecutiva del PSOE no consentirá tendencias organizadas

La ejecutiva del PSOE no está dispuesta a tolerar corrientes, organizadas en el partido, según las manifestaciones que miembros de la misma hicieron. ayer ante un grupo de periodistas. El aviso más inmediato parece dirigido al llamado Colectivo Socialista, considerado como el sector más a la izquierda del PSOE de Madrid. La ejecutiva ha estudiado, por otra parte un plan de consolidación del partido, que pretende formar un millar de cuadros por año y establecer un sistema de «enlaces» y «delegados» capaz de evitar sorpresas como las registradas en el 28º Congreso.

La preocupación del PSOE es doble: no sólo hay problemas en el interior de su organización, sino que la sociedad tiene una creciente impresión de que los partidos constituyen un foco de aventureros o vividores. Al traslucir esta inquietud, la secretaria de organización del PSOE, Carmen García Bloise -una de las cuatro personas con mayor poder en la ejecutiva socialista- afirmó que lo más doloroso es la falta total de creencias -«Yo soy laica, pero estimo que se debe tener un ideal»-, y resaltó la importancia de considerar a los partidos como elemento esencial de la democracia. «Nuestro partido es un reflejo exacto de la sociedad, y nuestro trabajo ha de orientarse a su modelación»

Lo primero que va a hacer el Partido Socialista es una encuesta sobre la situación de la organización, a fin de conocerla. «,No queremos otro 28º Congreso; la dirección ha de saber cuál es el conglomerado que tiene, para lo cual el primer problema consiste en vencer la resistencia de militantes desconfiados respecto a encuestas y preguntas. Ese trabajo ha sido encomendado a equipos de "enlaces", que recibirán la información y la transmitirán a un banco de datos, en espera de su utilización posterior.

Además de los «enlaces», la ejecutiva nombrará una serie de delegados federales, con capacidad para representar a la dirección y actuar en su nombre; se quiere dar un contenido a las casas del pueblo se pretende impulsar la participación en el movimiento asociativo, y se intenta «conjugar el partido de masas con el partido de cuadros». El plato fuerte de todo ello consiste en una escuela deformacion permanente, capacitada para obtener entre novecientos y mil cuadros intermedios cada año, que funcionará a partir de enero. El modelo del PSOE, ahora, es Austria: siete millones de habitantes, y un millón de afiliados al Partido Socialista.

A todo esto, «el debate sobre el marxismo no se ha parado», anunció Carmen García, en lo que constituye la primera referencia pública a éste tema desde el Congreso Extraordinario del PSOE. «Hemos visto sólo las ideas generales del problema, pero hay que profundizar la democracia y estudiar más despacio los conceptos», añadió, sin entrar en mayores honduras sobre el espinoso tema. La exposición continuó por otros derroteros: «...Hemos de tomar mayor conciencia en campos concretos, como el divorcio y la enseñanza, y también me gustaría destacar la creciente iniporporación de mujeres a cargos de dirección del partido ... »

En cuanto a las tendencias o corrientes organizadas, no van a desarrollarse en el PSOE, a poco que la dirección pueda evitarlo. Carmen Garcia, quien describió su misión en el partido «como la de un artista que va modelando la organización, y no como el Martín Villa o el guardia civil de turno», dijo que siempre han existido opiniones distintas, pero no se admiten organizaciones paralelas. La secretaria de organización dio precisamente este calificativo al Colectivo Socialista de Madrid, y anunció que, se han pedido aclaraciones al presidente de la Federación Socialista Madrileña. Por el contrario, no merece igual consideración la existencia de varios sectores en el Partido Socialista catalán.

Lo que más inquieta al PSOE no es ya que existan tendencias distintas, sino que el asunto se refleje en la prensa. Referencias a esta cuestión aparecieron constantemente durante el contacto informativo de los miembros de la ejecutiva. Ello se inserta en el contexto de la preocupación del PSOE, por su escasa implantación en los medios de comunicación, explicada por Pedro Bofill -vocal de información-, como una clara conciencia del fracaso actual de la prensa de partido y una preocupación por la dificultad de lograr una reorientación de RTVE y de sanear la cadena de lo que fue Prensa del Movimiento.