Cuatro holandeses atravesarán el Atlántico sur en una balsa

August Clemens, Franciscus Marie Chistian, Johannes van der Ploeg y Frederick Riemersma son los cuatro tripulantes holandeses de la balsa Sterke Yerke III que intentarán cruzar el océano Atlántico desde Las Palmas hasta Curacao. Los expedicionarios se encuentran ahora en el puerto de la Luz ultimando todos los detalles.«Queremos manifestar y dejar bien claro que la travesía que vamos a realizar no es una aventura, sino una experiencia científica», han declarado los tripulantes, entre los que se encuentran un oficial de la marina mercante y dos biólogos. Creen que están perfectamente preparados para llevar a cabo esta misión de estudio, motivada exclusivamente por la observación meteorológica y la comprobación de la contaminación en las aguas atlánticas.

La balsa está construida con acero y, según han manifestado los propios tripulantes, es muy segura. Tiene unas dimensiones de doce metros cúbicos de desplazamiento, doce metros de eslora, cinco de manga y 0,50 de puntal. «Estamos seguros que llegaremos, ya hemos hecho pruebas con balsas más pequeñas que ésta, desde Holanda a Inglaterra, y el único problema se podría plantear al llegar a la altura de Trinidad y Barbados, donde las condiciones meteorológicas nos podrían desviar a Nueva York o al sur del continente africano. Pero nosotros estamos preparados para superar el problema que nos puedan plantear estas corrientes.»

Los cuatro holandeses se alimentarán, durante el recorrido, de pasta, conservas, frutas y carnes, así como de unos panecillos que ellos mismos van a fabricar en un pequeño horno. Todos estos víveres van en la reducida bodega de que dispone la balsa, en medio de un equipo de radio, un buen puñado de cacerolas, recipientes de plástico y gran cantidad de cuerdas.

Aunque en principio se muestran reacios, los tripulantes aportan pequeños detalles en torno a esta expedición que piensan finalizar con éxito. Y así hemos podido saber que llevan equipos completos para medir la polución y diversas cámaras de cine para captar diversos fenómenos que irán observando durante el trayecto.

«Cuando haya pasado un año de nuestro viaje, una vez que haya terminado nuestro compromiso con un periódico holandés, tenemos el propósito de escribir un libro narrando todas nuestras experiencias, incluso a nivel de relaciones humanas, y más tarde realizaremos una película contando el viaje en imágenes», añadieron. De momento, y hasta que la balsa Sterke Yerke III se haga a la mar, dos de los cuatro tripulantes se encuentran descansando y divirtiéndose en Las Palmas, mientras que los otros dos permanecen en la extraña embarcación que atrae la atención de todos los paseantes de la playa de las Alcaravaneras.