Manto de agua en el páramo vallisoletano, a menos de treinta metros de profundidad
La tradicional agricultura de secano -cereales y legumbres- del páramo vallisoletano puede sufrir una transformación importante si se confirma la existencia de un manto acuífero importante situado a menos de treinta metros de profundidad.
Hasta ahora existía la creencia de que el agua se hallaba a una profundidad no rentable y que los caudales eran de escasa cuantía. Sin embargo, una perforación realizada por el Instituto Geológico y Minero de España entre La Mudarra y Montealegre, a veinticinco kilómetros de Valladolid y a sólo tres de la famosa subestación transformadora de energía eléctrica, ha venido a demostrar justamente lo contrario.El pozo excavado tiene una profundidad de veintiocho metros y un caudal de veinte litros por segundo, es decir, que sería capaz de abastecer una ciudad de 20.000 habitantes. El nivel estático del agua se mantiene a poco más de tres metros y el nivel dinámico (tras cuatro horas de sacar una media de veinte litros por segundo con una bomba instalada a diecinueve metros de hondura) sólo descendió hasta 5,63 metros.
El sondeo fue realizado para dotar de agua al poblado que piensa construirse en pleno páramo con el fin de instalar allí el Centro de Investigación de la Baja Atmósfera (CIBA), que, según su futuro director, el profesor Casanova, comenzará a funcionar el próximo mes de enero «si la lentitud de la burocracia lo permite». En el poblado trabajarán entre treinta y cuarenta científicos y se ubicarán radares y otros aparatos de medida y recogida de datos. El páramo vallisoletano fue elegido en su día para instalar el CIBA a causa de ser el único lugar de Europa donde existe una superficie de seiscientos kilómetros cuadrados comprendidos dentro de una misma curva de nivel.
El hallazgo del citado caudal de agua a poca profundidad, que pasaría inadvertido en otro lugar, supone un descubrimiento trascendental para el páramo, donde se mantuvo siempre la creencia (a causa de la gruesa capa de piedra caliza que se extiende a escasa distancia del suelo) de que no existía agua en cantidades suficientes para transformar aquellas tierras en regadío.
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