Extraordinaria creación de 'El lago de los cisnes"

Marius Petipa (apellido que, como es sabido, procede de la contracción de petit pas) y León Ivanov presentan su coreografía del segundo acto de El lago de los cisnes en el teatro Malia, de Moscú, el año 1894, en un homenaje a la memoria de Tschaikowsky. El ballet de la Opera de Paris danza la pieza entera, en sus cuatro actos, con arreglo al plan de VIadimir Bourmeister, pero respeta en el acto segundo lo hecho por Ivanov y Petipa.He visto muchas veces a la troupe parisiense, bien en su sede de la plaza de la Opera, bien en actuaciones extranjeras. Me atrevería a afirmar que en estos momentos se encuentra en uno de los puntos más altos de disciplina, cohesión y unidad expresiva. Que de la unificación de pensares y sentires nace la disciplina de los danzarines franceses es algo que semeja acto voluntario antes que suma de ininucioso ensayo.

Sobre tal conjunto se alzan las grandes figuras: admirable en todo y por todo la pareja Pontois-Atanassoff. En el baile clásico romántico, como en el español, la base está en las piernas; lo decisivo, en los brazos. Ver mover los brazos a Nella Pontois constituye todo un espectáculo. Como lo es el ritmo sereno, armonioso, seguro de sus movimientos, la gracia del gesto y la elegancia de la suspensión. Atanassoff actúa en protagonista, pero sin olvidar que hace pareja con la Pontois, de modo que el resultado es toda una sonata de la danza. Con ellos levantó oleadas de ovaciones Patrick Dupond, un «bufón» extraordinario. Su cuerpo todo parece falto de peso en una triunfa¡ lucha contra la ley de la gravedad. Yo diría que la invierte para situar en el aire el punto de atracción. Más de 7.000 personas siguieron la representación en medio de un clima de entusiasmo tan caluroso como la temperatura reinante. Escena, reproducción musical, luces y organización general funcionaron con pnecisión en una gran noche.