Para Marchais, será "el congreso de la apertura"

La voz unánime de la opinión francesa, respaldada por los militantes críticos, estima, por el contrario, que va a celebrarse el congreso de la glaciación, del inmovilismo, de las ventanas cerradas. En todo caso, los trabajos de Saint Ouen cierran un período de la vida política francesa, que ha girado, durante los últimos tres lustros, en torno a la unión de la izquierda.

También inauguran otra etapa de la vida del PCF, que, como en otras ocasiones a lo largo de sus sesenta años de historia, renuncia a la lógica mayoritaria de las alianzas, refugiándose en el llamado patriotismo de partido, consistente «en volver la espalda a las realidades de la sociedad francesa de hoy para encerrarse en las certezas anacrónicas de los tiempos gloriosos de la toma del Palacio de Invierno», según consideración frecuente de muchos de los militantes críticos.

Oficialmente, el señor Marchais ha definido este congreso como el que confirmará al PCF en su puesto de verdadero defensor de los trabajadores y «de apertura hacia los trabajadores intelectuales». Desde hace tres meses, «los comunistas han examinado, discutido, modificado y votado los proyectos preparatorios de un congreso que será el de la unión (de la izquierda), a la que nos mantendremos fieles más que nunca».

El centralismo democrático