Dura crítica comunista a la Democracia Cristiana

Ayer se reunió en Roma el Comité Central del Partido Comunista Italiano (PCI), segunda fuerza política del país, para preparar su estrategia electoral.El Comité Central fue abierto con un duro informe de Achille Ocehetto. Según el joven líder comunista, considerado como el delfín de Berlinguer, las próximas elecciones deberán ser para el PCI «un desafío para derrotar a las fuerzas más retrógradas de la Democracia Cristiana, que han querido las elecciones anticipadas, convencidos de empujar al electorado en su propio favor».

«Es significativo, terminó diciendo Occhetto, que en lo único en que se muestran de acuerdo todos los democristianos ante estas elecciones es en oponerse a la entrada del PCI en el Gobierno». Como prueba de este paso hacia atrás del partido que fundó Alcide de Gasperi, el dirigente comunista citó ayer en su informe la propuesta del presidente de la DC, Flaminio Piccoli, de cambiar el actual sistema electoral proporcional, premiando con escaños suplementarios al partido que obtenga mayor número de votos y la declaración de ayer de Amintore Fanfani, a la que la prensa ha dado mucho relieve, en la cual afirma que después de las elecciones podría darse a los socialistas la presidencia del Gobierno y que, en caso de rechazarlo, la DC formará un Gobierno con republicanos, socialdemócratas y liberales.

La respuesta del secretario general del PCI, Enrico Berlinguer, en una entrevista a Paese Sera, ha sido inmediata: «Es una ofensa para los socialistas.» Berlinguer, no obstante, acusa a los socialistas de inclinarse de nuevo hacia el centro-izquierda, dividiendo a la izquierda». Pero el propio secretario general socialista, Bettino Craxi, ha dicho ya que no se trata de que el PSI obtenga la presidencia del Gobierno, sino más bien de que los socialistas se conviertan en una fuerza autónoma, suficientemente importante, para que acabe definitivamente la hegemonía de la Democracia Cristiana.