"El país dejará de ser el gendarme del golfo Pérsico"

El recién nombrado primer ministro iraní, Shapur Bajtiar, prometió ayer, después de ser ratificado por el Senado y el Parlamento, acabar con la ley marcial aún vigente y que Irán dejará de ser «el gendarme del golfo Pérsico». Insinuó también que el sha Mohamed Reza Pahlevi abandonará Irán para «descansar y pasar unas vacaciones en el extranjero».

Las dos cámaras del Parlamento iraní decidieron ayer ratificar el nombramiento de Shapur Bajtiar como nuevo jefe de un gobierno civil que prometió presentar hoy. Algunos diputados, sin embargo, votaron en contra de él.

En una conferencia de prensa posterior a su ratificación por las dos cámaras, Bajtiar dijo que «el sha quiere descansar y tomarse unas vacaciones. Ese es el deseo que ha expresado el propio emperador». No obstante, ayer mismo un portavoz del palacio imperial desmintió categóricamente las declaraciones de Bajtiar y enfatizó que «el soberano ha repetido varias veces que no tiene por el momento ninguna intención de abandonar Teherán para descansar en el propio país o en el extranjero».

En la comparecencia ante los periodistas Bajtiar dijo que todos los países que reciben actualmente petróleo de Irán lo seguirán recibiendo, aunque dejó abierta la puerta a que esta actitud pueda modificarse en lo que a Israel y Suráfrica concierne. Señaló también que la temida policía secreta Savak quedará reducida al simple papel de agencia de espionaje por que «ningún país puede vivir sin policía, pero sí puede hacerlo sin tortura».

Con respecto a los insistentes rumores de un posible golpe de Estado por el ala dura del ejército, Bajtiar señaló que no cederá «ante la autoridad militar, sea cual fuere».

Todos los partidos podrán funcionar libremente, según reconoció, con la excepción del Partido Comunista, que seguirá siendo ilegal. «Para poder ser legales, los partidos en Irán tienen que creer en la religión», dijo.

Anoche la mayoría de los barrios de Teherán estaban a oscuras mientras se producían manifestaciones nocturnas en desafío de la ley marcial y desde las ventanas de las casas la población gritaba: «Muera el sha», «Bajtiar, lacayo sin poder». «Alá es grande».