La Tercera División podría jugarse sólo con aficionados

La supresión de la profesionalidad en Tercera División será la conclusíón más importante y decisiva por sus consecuencias que planteará la comisión de reestructuración de la Segunda División de la Federación Española. Esta comisión, que preside Adolfo Gil de la Serna, se reunirá hoy en la Federación y tratará además la distribución de los grupos de Segunda B y Tercera División.La categoría que se quiere proporcionar al jugador de Tercera División es la de aficionado compensado. Falta aún por concretar las características de este contrato. Hace ya algún tiempo, varios años, la Federación desestimó su existencia.

Actualmente los clubs de Tercera División no pueden contar con más de dos jugadores que superen los veintitrés años, edad establecida como límite para los jugadores de esta categoría. Sí se aprueba la supresión de la profesionalidad en Tercera División, ésta no contaría con límite de edad alguno.

El límite de edad en Tercera División ha supuesto últimamente el punto más debatido entre la Asociación de Futbolistas y la Federación Española de Fútbol. Mientras la Asociación propugna la desaparición de ese límite de edad bajo un concepto esencialmente jurídico y laboral, la Federación defiende tal limitación por política deportiva. Será la Dirección General de Trabajo quien decida definitivamente el asunto, ya que tiene competencia para ello.

La propuesta que como conclusión presentará la comisión de reestructuración de la Segunda y Tercera División deberá ser aprobada en primera instancia. Una vez que la Federación haya dado el visto bueno a la propuesta, será la asamblea general extraordinaria, prevista para el próximo mes de diciembre, quien la apruebe definitivamente.

Si se llega a aprobar la supresión de la profesionalidad en Tercera División habrá que modificar el artículo segundo del reglamento de jugadores. En él se establece que el jugador aficionado no podrá percibir remuneración económica alguna por la práctica de tal deporte. En el momento que cobre dinero alguno se consideraría automáticamente profesional.

El jugador aficionado no ha de firmar contrato alguno que pase por la Federación Española. Esta solamente tramita una licencia como aficionado. Por eso, si existiesen problemas económicos entre el club y el jugador, éste no tendría federativamente derecho alguno a reclamar cantidades económicas, con la excepción de los haberes perdidos.