Termina la huelga de prensa alemana

La prensa diaria alemana reapareció ayer martes, tras el acuerdo obtenido entre el Sindicato de la Imprenta y la Asociación Patronal de lo# Editores, en la madrugada del lunes. Con ello se pone fin a dos meses de luchas, originadas por los desacuerdos entre los modos y consecuencias para el personal cualificado de la introducción del computador en la producción de la prensa.La última ola de huelgas se desató el 13 de marzo, tras el fracaso de la mediación emprendida por el presidente del Instituto Federal del Trabajo, Stingl. A estas huelgas habían respondido los editores con un lock-out nacional, que ha dejado al país, salvo en contadas ciudades, sin diarios ni periódicos. Pero las huelgas y lock-out terminaron el lunes, tras la aceptación por los organismos correspondientes del acuerdo tarifario negociado sin pausa durante todo el fin de semana. A esta última mediación se ha llegado gracias a la intervención del secretario de Estado, Wischnewski, el mismo que había dirigido las operaciones alemanas en Mogadiscio.

En lo esencial, el Sindicato de Impresores no logró sus objetivos. La categoría profesional que forma el núcleo de sus miembros, los linotipistas, va a desaparecer con la introducción del computador en las editoriales. El sindicato se había esforzado en obtener de los editores la creación de una especialidad profesional equivalente, adaptada al trabajo, en sí sencillo, ante las terminales del computador.

Ha logrado, sin embargo, garantías de trabajo y un salario de seis a ocho años para aquellos obreros especializados que pierdan su ocupación tradicional a través de la introducción del computador.

Otro de los acuerdos se refiere a que los periodistas no podrán dar al terminal del computador más que sus textos propios. La siguiente elaboración, así como todos los demás textos, serán confiados durante este período de ocho años a los antiguos linotipistas, compaginadores y correctores.

Sindicato y patronos echan ahora las cuentas. Para el primero las huelgas significan el desfondamiento financiero, pues deben pagar los salarios no satisfechos por los empresarios a sus miembros. Los editores cuentan con unas pérdidas inmediatas sólo en los diarios nacionales, que han dejado de aparecer durante catorce días, de unos cincuenta millones de marcos. Las perdidas por anuncios son estimadas globalm ente en unos 400 millones de marcos.