Declaraciones de Enrique Múgica (PSOE), presidente de la Comisión de Defensa del Congreso

( ... ) «En el XVII Congreso de nuestro partido, celebrado en diciembre del 76, el Partido Socialista, antes que cualquier otro, estableció una política de defensa. Sus líneas generales ponen de manifiesto que para nosotros el Ejército no es un objeto para halagar, sino un instrumento para dotar de elementos y encuadrarlos al servicio del Estado. ( ... )Lo que debemos procurar los hombres políticos, que por las funciones que ocupamos en el legislativo estamos mas cerca de la problemática de las Fuerzas Armadas, es tender un puente entre las Fuerzas Armadas y el país. Que sepa el país que las FAS tienen una misión específica en la Constitución. En momentos de gravedad todo ciudadano debe considerarse soldado, y todo militar, pueblo Creo que si llegamos a eso quería decirse que el ciclo del Estado se cerrará, en el sentido que ese servicio del sector del Estado, como son las FAS, será contemplado por el pueblo como un servicio de Estado y no como una tentación de poner al Estado a su servicio. ( ... )

Las tareas propias de una Comisión de Defensa en una democracia consolidada y tradicional, radican en que todas las normativas que se refieren a las FAS, al llegar al Parlamento, tienen que pasar por la Comisión de Defensa para emitir el dictamen, recabando la comisión los expertos militares que sean necesarios en cada caso. (...)

Evidentemente el franquismo daba a las FAS unos criterios ideológicos de exaltación de valores abstractos, que en el fondo era la cobertura de justificación ideológica de intereses sectoriales. Por otra parte, ese enorme sentido de exaltación de las FAS hacía que el franquismo no diese a esas FAS los instrumentos, los medios adecuados, convirtiéndolas no en un Ejército de defensa cara al exterior, sino más bien de defensa para el interior de esos intereses sectoriales.

Eso tiene que cambiar radicalmente, y de hecho está cambiando radicalmente. Nosotros decimos que la función de las FAS es servir esos valores muy concretos y muy reales, como son la tierra sobre la que vivimos; la necesidad de que cuando vayamos de un lado para otro del país no nos sintamos en tierra extranjera. ( ... )

Si ser socialista exige la creación de un Estado democrático fuerte para consolidar la democracia y para consolidar el desarrollo integral de los ciudadanos, la defensa de esa democracia está en unas FAS idóneas. Un Gobierno de dirección socialista atendería con especial cuidado a las FAS, como atendería toda la función del Estado, y esto no es un gesto de propaganda, sino consecuencia ineludible y natural del propio ser socialista.

5 enero