El ataque de Fraga

Explicó la voluntad de AP, contraria a un debate parcial sobre el orden público, sino a fondo, y dibujó el problema general del orden público en «la única nación que es España» (dijo en tono exaltado ante las palabras que acababa de pronunciar el señor Cuerda), Destacó la importancia de la seguridad y puso énfasis en el respeto necesario a las fuerzas que sirven el orden público, habitualmente injuriadas y atacadas. Lamentó que la ley Antiterrorismo, prevista inicialmente en la Moncloa, «quedara en las aguas de borrajas de una policía judicial».Censuró la exhibición escandalosa, durante 76 ocasiones desde el 15 de junio, de la bandera republicana y criticó que cuando un general de la Guardia Civil dice la verdad que está pasando, funcione entonces el principio de autoridad y arbitrariedad. Se mostró contrario a la demagogia sobre las fuerzas de orden público, mientras se amnistía -dijo- «a vulgares criminales que matan por dinero ».

Recordó unas palabras de Telesforo Monzón sobre la continuación actual de la guerra del 36 y pidió explicaciones sobre la actuación de los parlamentarios vascos Bandrés y Letamendía.. (Este último contestó luego que ambos estaban deseando sentarse en las Cortes como representantes de las nacionalidades y fumar la pipa de la paz, a lo que Fraga le contrarreplicó que la pipa de la paz sólo se furna «tomando a España en serio.»)