Talonarios y sistemas

El país está en momentos de cambios y el deporte ya era hora que se sumara con firmeza. Aunque parezca mentira, el colapso económico que ha sufrido y que aún sufre ha sido beneficioso en cierto sentido. Efectivamente, en el deporte español, a nivel burocrático para empezar, se está haciendo una criba, que se podría catalogar de imprescindible.A la sombra del deporte, desde hace ya muchos años, han medrado demasiadas personas. Que tinas llegaran y se sirvieran de él como trampolín cabe entenderlo. Pero que otras lo hayan convertido en un tinglado girando fundamentalmente alrededor del dinero, no. El deporte en España, al no contar nunca con una planificación conjunta, social y desde la base se ha movido bastante más a ritmo de talonario que de sistemas.

Las primas de la selección de fútbol vuelven a ser noticia. El suculento millón que viene a ser, el premio si no se llora finalmente por Argentina es, por ejemplo, una consecuencia lógica -y en su caso justificada- de la inflación económica. A fin de cuentas por algo el fútbol ha mantenido y sigue manteniendo el resto de los deportes a base de las quinielas. Del 22% total para el deporte se llevaba hasta ahora la mitad y para la próxima campaña obtendrá un 12%.

Lo injusto, y más aún cuando no existen visos de que el Estado conceda un presupuesto directo para el deporte, es que se hayan mantenido sueldos desorbitados a «grandes» campeones de deportes «amateurs» sin que el rendimiento haya sido suficiente en su mayoría. En lugar de solucionarles su porvenir con algún trabajo, ha privado el talonario. Más que el mal del gasto se ha producido el de la mala costumbre. Pocos piensan en el deporte por el deporte, aunque éste sea el más «amateur». Quizá por eso, porque además se han hecho instalaciones de lujo para supuestos deportistas «señoritos», el dinero siempre es corto. Incluso si se recupera ese otro 11% de las Diputaciones Provinciales, que actualmente casi nunca llega al deporte.