Manifiesto de 32 alcaldes de Navarra en reivindicación del carácter vasco de la provincia

Treinta y dos alcaldes de Navarra dirigieron ayer un comunicado a la población en el 138 aniversario de la abolición de los fueros vascos, para pedir la unidad de toda Navarra en defensa de los fueros y la identidad vasca.El 25 de octubre de 1839 se promulgaba una ley abolitoria de los fueros, que despojaba a Alava, Guipúzcoa, Vizcaya y Navarra de sus potestades originarias. Hoy, 138 años después, el grupo de 32 alcaldes navarros señalan que desde entonces no ha habido paz en Euskadi, que ha clamado constantemente por la recuperación de sus fueros.

Los alcaldes señalan, en su escrito, que Navarra y cada territorio histórico vasco tienen derecho a recuperar sus poderes forales originarios, puesto que Navarra pertenece a la comunidad vasca de la que ha sido siempre parte fundamental. «No hace falta recordar que antes de ser llamados navarros, los historiadores nos decían, simplemente, vascones.»

Por otra parte, el grupo de los 32 alcaldes critica duramente «la falsa dialéctica por la que se pretende que deberíamos dejar de ser navarros si queremos ser a la vez vascos, y según la cual establecer vínculos de mutuo interés con los restantes territorios vascos ha de menoscabar la autonomía de Navarra. Nosotros afirmamos que la única solución posible para todos los navarros es conciliar la plena personalidad y foralidad de Navarra con las instituciones comunes que potencien y resuelvan beneficiosamente los problemas, también comunes a todos los vascos».

En este sentido, los alcaldes solicitan de todas las fuerzas políticas de Navarra que encuentren una vía de concordia y dejen de fomentar enfrentamientos entre los navarros, «como de hecho lo hacen quienes siembran la idea de que aquí hay dos clases de navarros. Aquí hay una sola Navarra, la antigua Vasconía, que tiene unos cimientos únicos mucho más allá de la historia».

El documento lamenta que Navarra haya sido excluida del distrito universitario vasco, para el que los parlamentarios de Euskadi solicitaron que la capitalidad estuviera en Pamplona. «Por razones culturales, sicológicas y económicas, pedimos que se reconsidere una decisión errónea, en la que prejuicios políticos contrarios a cualquier institucionalización del espacio vasco, han conducido a una situación que, desde cualquier punto de vista, resulta irracional. »