Los obispos, a favor del mantenimiento de la enseñanza religiosa en la escuela

La comisión episcopal de enseñanza es decididamente partidaria del mantenimiento de la enseñanza religiosa en las escuelas públicas, aunque con una seria revisión de su estatuto legal académico, de su finalidad, contenidos, métodos, profesorado y competencias, según expuso monseñor Estepa, obispo auxiliar de Madrid, en la primera jornada de la XXVI asamblea plenaria de los obispos españoles, que se está celebrando en Madrid.Monseñor Estepa, como ponente de la comisión episcopal de ensenanza, presentó un documento de trabajo sobre Enseñanza religiosa y escuela, examinado desde la realidad española y la de los países más significativos de su área cultural. Según dicho documento, desde la perspectiva legal, la formación religiosa está presente como materia ordinaria dentro de los programas de estudio en los niveles primario y medio de todos los países de la Comunidad Europea, a excepción de Francia, donde se imparte con carácter, voluntario fuera de las horas normales de clase.

Monseñor Estepa explicó que, en estos momentos, existen tres posturas relacionadas con la enseñanza religiosa escolar: la conservación del statu quo, la supresión de toda enseñanza religiosa y la expresada al principio de esta información, partidaria del mantenimiento, pero con revisiones, de la enseñanza religiosa en la escuela pública.

El documento presentado por el obispo auxiliar de Madrid acentúa los puntos en que parece darse coincidencia con la Iglesia de otros países, cuya situación se ha estudiado, y que son, básicamente: la consideración de que la instrucción en la fe cristiana en el ámbito de la escuela está íntimamente vinculada al ministerio eclesial y al derecho de los padres a la educación de sus hijos; la relación enseñanza religiosa-escuela se acepta, en general, positivamente y está muy condicionada por las transformaciones de la Iglesia, la sociedad y la propia escuela; la existencia y orientación de la enseñanza religiosa escolar puede concebirse y regularse no sólo partiendo de la misión catequética de las iglesias, sino también de la naturaleza y realidad de la escuela misma.