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Alcaraz se pone serio y ya está en las semifinales de Cincinnati

El murciano supera a Rublev en el mejor partido del torneo (6-3, 4-6, 7-5) y ya está a un paso de la final, donde podría encontrarse con Sinner

Carlos Alcaraz, en su partido de cuartos de final de este viernes ante Andrey Rublev en Cincinnati.
Daniel Arribas

Se acostó Carlos Alcaraz satisfecho el pasado miércoles, horas después de batir a Luca Nardi y convertirse bajo la noche de Mason en cuartofinalista del Masters 1000 de Cincinnati, plaza abrupta para él, pues solo ha alcanzado la final del torneo en una ocasión hasta la fecha, 2023, cuando cayó derrotado, no sin épica, ante un colosal y experimentado Novak Djokovic. “Es increíble ver cómo estoy evolucionando desde el primer partido hasta hoy”, explicó el murciano tras dominar al impredecible italiano. “Sin duda, creo que este ha sido mi mejor partido en lo que va de torneo”.

Dos días después, de nuevo con el sudor en la frente que garantiza el sofocante turno de tarde en Ohio, Alcaraz saltó a la tibia Lindner Family Tennis Center —ningún lleno en lo que va de torneo— para toparse con un viejo conocido, el ruso Andrey Rublev, número 11 del ranking. Velocísimo, pegajoso y con un punto de locura en ocasiones difícil de explicar, el moscovita, campeón este curso del ATP 500 de Doha, solo había sido capaz de robarle uno de sus cuatro enfrentamientos previos al murciano, por quien siempre ha confesado una profunda admiración.

Ejemplo de ello, una conversación captada por las cámaras la pasada temporada. Tras compartir entrenamiento bajo el sol, Rublev sonríe, mira a Alcaraz y le dice: “Qué ha sido eso, tío, no has fallado ni una bola”. El español, risueño como de costumbre, replica que él lo único que intenta es tratar de imitarlo —“ya sabes, tío, partiéndola con la derecha y sin cometer errores”—. Es ahí cuando el ruso, ácido hasta en la autocrítica, zanja el intercambio: “Si de verdad intentaras jugar como yo estarías el octavo o el noveno del ranking, no en el lugar en el que estás”.

No fue a la primera sino a la segunda oportunidad cuando Alcaraz, agresivo de inicio, rompió el servicio de Rublev en la pista central de Mason. “Que venga, que venga”, urdía desde el banquillo Samuel López, técnico del murciano en ausencia de Juan Carlos Ferrero. Movía el de El Palmar los hilos de la marioneta hacia el centro de la pista, y allí, el incansable Rublev, afilado desde el fondo de la pista, ahogaba sus habilidades en la red. Primer set para Carlitos.

Bien diferente fue la segunda manga, que llegó equilibrada hasta más allá del ecuador. Fue ahí, no obstante, en el momento en el que las piernas más queman, cuando el moscovita elevó el nivel para birlarle el saque a Alcaraz y, con un resto y una derecha al fin entonados, a la altura del mejor partido del torneo, consiguió igualar la contienda ante los vítores de la central, encantada de prolongar el show hasta el desempate final.

Sumergido así en el azul de Cincinnati, más propio de las piscinas de Hockney que de un coliseo reservado a la gloria deportiva, Alcaraz se sacudió los nervios, inherentes hasta para él en plazas complicadas, y apretó el puño con cada winner para socavar la fe de su rival. Sobrevivió Rublev al primer envite, pero no al segundo, y tras algo más de dos horas de intercambios, el español selló, al fin, el encuentro (6-3, 4-6, 7-5). Clasificado para las semifinales de Cincinnati por segunda vez en su carrera, primera desde 2023, el murciano se jugará el codiciado puesto en la final contra el vencedor del choque entre Alexander Zverev y el local Ben Shelton.

En el otro lado del cuadro, el temido Jannik Sinner —25 partidos consecutivos sin ceder un solo set en pista rápida— se medirá a la sensación del torneo, el francés Térence Atmane, inédito hasta la fecha en la élite. Tal es la magnitud de su gesta en Cincinnati, que el galo, 136º del ranking sin agente ni marca deportiva que le vista, colecciona ya a estas alturas del torneo más botín en metálico (283.910 euros) que lo que había sumado en toda la temporada. Un cuento de hadas que, deslumbrante como pocos, ha encontrado en el italiano a su ogro final.

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Sobre la firma

Daniel Arribas
Es periodista en la sección de Deportes de EL PAÍS y sigue la actualidad del ciclismo, el tenis y otras muchas disciplinas. Ha cubierto competiciones como los Juegos Olímpicos, la Vuelta a España y la Copa Davis. Antes trabajó en El Mundo, Ogilvy y Relevo.
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