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Ellas también pueden ser como Márquez: el Mundial femenino de motociclismo busca más oportunidades y visibilidad para las mujeres

El campeonato consolida su apuesta pionera y obtiene resultados esperanzadores en su segunda temporada, que se resuelve este fin de semana en Jerez

Guille Álvarez

“Aquí podemos ser las Márquez y las Rossi de las chicas, por esto lucho tanto por este Mundial y ganarlo sería un sueño”, destaca la joven piloto de 23 años Beatriz Neila, que este fin de semana se juega el campeonato del mundo femenino de motociclismo (WorldWCR, en su acrónimo en inglés) en el GP de España que se disputa en el Circuito de Jerez. Es toda una declaración de intenciones de una de las grandes exponentes de la nueva generación de pilotos que han encontrado cobijo en este certamen pionero impulsado prácticamente de la nada por la empresa española Dorna Sports, también promotora de los mundiales de MotoGP y Superbike.

Tan solo seis puntos separan a la madrileña de su gran rival por el título y líder del certamen, María Herrera, a sus 29 años la piloto con más experiencia de la parrilla y una habitual en el ‘paddock’ de MotoGP. La toledana acumuló 54 carreras en la primera escalera mundialista en Moto3 y otras 66 en MotoE, la categoría eléctrica que echa el cierre este curso tras no haber calado en el imaginario de los aficionados, además de haber ganado varias carreras contra campeones del mundo de la talla de Fabio Quartararo en las copas formativas.

“Desde el primer momento me pareció algo interesante. Nos abrieron una puerta que nos da más visibilidad, ya que muchas veces tenemos pocas opciones para competir con buena moto, material y apoyo en otras categorías. Por como está planteado el campeonato, aquí todo depende de la calidad del piloto”, valora Herrera, que el año pasado rozó un título que se llevó Ana Carrasco, otra de las grandes pioneras del motociclismo femenino, marcado hasta ahora por la falta de referentes y las escasas oportunidades de competir en condiciones en un mundo tradicionalmente de chicos.

El primer Mundial femenino de la historia en circuitos nació el año pasado como un campeonato monomarca apoyado por la Federación Internacional de Motociclismo (FIM) y proveedores como Yamaha y Pirelli de socios comerciales. Actualmente cuenta con 12 carreras en seis citas repartidas por el territorio europeo bajo el paraguas de World Superbike (WSBK), el Mundial de motocicletas de serie. Tanto los organizadores como las pilotos esperan otro salto de calidad a partir de 2027, cuando podrían entrar otras fábricas y grandes marcas para apoyar la evolución del certamen. Los avances logrados, de todas formas, han sido más que positivos.

“De un año para otro, el cambio de nivel ha sido notable. Hemos batido récords en varios circuitos, vamos muchísimo más rápidas y las diferencias han sido menores entre el grupo delantero y el resto”, celebra Neila. “Como la moto es la misma y tiene un límite, es de serie, cada vez llegarán más rivales para sumarse a las seis o siete que ya estamos regularmente arriba. El campeonato se ha diseñado para dar espectáculo en pista, para que la afición disfrute, y es un acierto porque las pilotos notamos que la fórmula está gustando”, explica Herrera. Sus colegas de MotoGP y el resto de escalera mundialista no se pierden ni una cita, aunque con el cambio horario de nueve horas entre Australia y España, este fin de semana lo van a tener más complicado.

“El campeonato nace con la idea de dar una oportunidad a unos costes asequibles y mayor visibilidad a las mujeres en el motociclismo, sin que esto implique que cualquiera de nuestras pilotos pueda realizar luego su progresión a otras categorías, como ha hecho Ana Carrasco”, cuenta el expiloto Gregorio Lavilla, director ejecutivo del Mundial de WSBK y el World WCR. “En un campeonato abierto, por su propia naturaleza, hay pocas posibilidades de acceso para cualquier piloto, ya sea hombre o mujer. Nuestra misión es aumentar las opciones y oportunidades para el colectivo femenino, que ha tenido menor participación e interés por el deporte por una serie de condicionantes históricos que siguen ahí”, agrega, subrayando que su visión no es la de limitar las posibilidades en el resto de categorías, mixtas sobre el papel.

La llegada de la multinacional Liberty Media no supone, por ahora, ningún cambio en la hoja de ruta establecida. En un escenario ideal, todos los actores verían con buenos ojos tener el certamen dentro de la escaleta de MotoGP, e incluso contar con una categoría reina femenina y algunas más de promoción, al estilo de Moto3 y Moto2. Para ello hay que seguir remando e ir paso a paso, y las pilotos delanteras no dudan a la hora de dar consejos y ejercer como mentoras para el resto del grupo de 24 pilotos que se alinean cada fin de semana en la parrilla. “Hasta que estén a mi lado, yo las ayudo a todas”, apunta Herrera. “Intento que esto evolucione, y me gustaría que cuando yo ya no esté compitiendo el nivel del motociclismo femenino sea muy alto. Las niñas por fin tienen referentes, y algunas se nos acercan para decirnos que quieren ser como nosotras porque les encanta cómo pilotamos”.

La recepción del Mundial, con carreras que pueden seguirse en abierto a través de Youtube –algunas han superado las 300.000 visualizaciones–, ha sido positiva y la solidez mostrada prevé la llegada de nuevos socios comerciales. Desde Dorna, están satisfechos con la inversión realizada y los resultados deportivos y mediáticos de un campeonato que se asemeja al planteamiento de las distintas copas de talento organizadas en Asia y América: “Nuestro ADN como deporte es dar oportunidades y hacer posible la progresión de los campeones y campeonas del futuro”.

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Sobre la firma

Guille Álvarez
Graduado en Ciencias Políticas por la UPF y máster en Periodismo Deportivo y Comunicación por la Blanquerna-URL, ha pasado por las redacciones de La Vanguardia, la revista VICE y Mundo Deportivo. Colabora con la sección de deportes de EL PAÍS desde 2022, donde ha cubierto el Mundial de MotoGP y varias ediciones del Rally Dakar.
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