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Mikel Lasa: “Cuando íbamos a jugar al País Vasco, había esa inquietud de ‘lo vamos a pasar mal”

El guipuzcoano repasa su carrera entre la Real, el Madrid y el Athletic, y observa en Xabi Alonso la personalidad necesaria para triunfar en Chamartín

A sus 19 años, Mikel Lasa (Legorreta, 54 años) pasó de la tranquilidad de Legorreta y las primeras emociones con la Real Sociedad a aterrizar en un Real Madrid que le quedaba tan imponente como desconocido. Tres décadas después, el ex lateral repasa aquel salto vertiginoso, las dudas, la camaradería de un vestuario que desmintió todos los tópicos y su paso por el Athletic Club.

Pregunta. Le fichó el Real Madrid con 19 años tras jugar solo dos temporadas en la Real Sociedad. ¿Cómo recuerda ese cambio?

Respuesta. Muy brusco. Fue un cambio radical. Soy de Legorreta, un pueblo muy pequeñito de 1.100 habitantes. Vivir en San Sebastián, una ciudad hecha y derecha, me costaba un poco porque al ser de un pueblo muy pequeñito, esto me venía un poco grande. Si pasar de Legorreta a Donostia ya me resultó duro, imagina Madrid. Aterricé allí con 19 años y me encontré un mundo totalmente distinto.

P. ¿Cómo se fraguó su fichaje por el Real Madrid?

R. La primera noticia de que había fichado por el Real Madrid la recibí en Astigarraga, en un bar de dos amigos con los que estaba cenando. Uno de esos amigos me dijo: “Mikel, al teléfono”. Era mi madre. En aquella época no había móviles y mi madre no me llamaba nunca a ningún sitio. Lo primero que pensé es que algo le había pasado a mi padre. Cogí el teléfono y le pregunté: “¿Qué pasa, ama?“. ”Nos están llamando periodistas y nos están diciendo que has fichado por el Real Madrid. Nos están volviendo locos, así que vente a casa”. Lo único que le decía era que yo estaba cenando con unos amigos, que no sabía nada más. “Nos están volviendo locos. Esto nos supera al aita y a mí”, repetía. Esa fue mi primera noticia de mi fichaje por el Madrid. Me habían comentado que el Real Madrid podía tener interés en mí, pero sin más.

P. ¿Cuánto pagó el Real Madrid por Mikel Lasa?

R. 280 millones de las antiguas pesetas. Era dinero, pero si lo traducimos a euros [hoy serían 1,86 millones de euros] y viendo las cantidades que se manejan, es algo irrisorio. Hasta de chiste.

P. ¿Tenía pensado seguir en la Real muchos años?

R. De pequeño ni pensaba que podía ser futbolista profesional. No era un objetivo primordial, pero como fue todo tan rodado, tan deprisa, no me daba tiempo a pesar en ello. Cuando me di cuenta ya estaba en el primer equipo de la Real Sociedad. Lo del Real Madrid fue igual. Ni se me había pasado por la cabeza irme a otra ciudad o jugar en otro equipo. Ni me lo planteaba.

P. ¿Qué se encontró en el vestuario del Real Madrid?

R. Me encontré con un grupo de gente espectacular, independientemente de todo lo que se había hablado y escrito sobre la Quinta del buitre. Me ayudaron a adaptarme a una ciudad como Madrid y a un equipo como el Real Madrid de la forma más sencilla y humilde. Había leído muchas cosas sobre ellos, pero no se adecuaban a la realidad. Se volcaron conmigo.

P. ¿Cuánto le vacilaron?

R. Poco. Me veían como a un hermano pequeño. Me vacilaban sobre todo en verano, porque yo la verdad es que nunca he sido mucho de sol. Y cuando volvía, me decían: “Mira el vasco, se ha ido a casa, se ha metido en una cueva y no ha visto ni el sol”. ¿No hay sol ahí arriba?, me preguntaban. Tenía mucha relación con Míchel, Sanchís, Luis Milla, Rafa Alkorta, con el que jugué luego en el Athletic, con Villarroya, Fernando Hierro, con Raúl también me llevaba muy bien…

P. Deportivamente hablando, no le tocó vivir una época sencilla en el Real Madrid...

R. Estuve seis años, que ya es mucho. He visto a grandísimos jugadores, mucho mejores que yo, que han pasado por el Real Madrid y que solo han podido jugar un par de años. Es un club en el que todo es fenomenal cuando las cosas van bien, pero cuando las cosas van mal… Y hoy, con las redes sociales, todo se multiplica. Asimilar todo eso es complicado.

P. Se le recuerda por un gol que hizo contra el Sevilla desde el centro del campo…

R. Marqué dos goles importantes. Uno en la final de la Copa del Rey contra el Zaragoza. Y otro desde más atrás del medio del campo. Hace poco hizo lo propio Barrenetxea y me identifiqué mucho con sus declaraciones. Dijo que ni se lo pensó, que se veía justito, que iba ahogado. Se le ocurrió eso y le salió. En mi caso venía Soler por detrás y era el minuto 92.

P. Estuvo a las órdenes de Jorge Valdano y de Benito Floro…

R. Benito Floro era un grandísimo entrenador y un fuera de serie como persona. Un innovador para su época. Nos trajo al primer psicólogo deportivo que he conocido. Fue el primero que entraba en el staff de un equipo de Primera División. De repente te encuentras con un psicólogo, haciendo cosas que no habías hecho en tu vida… Fue curioso. Hacíamos de todo un poco. Desde sesiones de relajación, hasta una especie de crucigramas con números para agilizar la habilidad mental. No estábamos acostumbrados a todo aquello. Pero creo que le costó más a él adaptarse a nosotros que al revés. No nos lo tomábamos muy en serio...

P. ¿Cómo ve a Xabi Alonso en el Madrid?

R. Llega de un club en el que ha hecho grandísimas cosas y por lo que le hemos visto hacer, por cómo ha jugado el Leverkusen y conociéndole un poco a él, tiene todos los requisitos para triunfar, pero el Real Madrid es el Real Madrid. Si no salen las cosas, te van a atacar, a sugerir, a aconsejar, pero Xabi tiene la suficiente personalidad para lidiar con este toro. Estoy convencido, aunque le esté llevando su tiempo, que es lo normal también, de que conseguirá cosas importantes.

P. ¿Le gusta como juega este Real Madrid?

R. No. Ha tenido algunos momentos buenos, pero en líneas generales no es un equipo que te atraiga por el gran juego que está haciendo.

P. Y hoy visita San Mamés para enfrentarse a un equipo al que conoce muy bien. Tras su paso por el Real Madrid fichó por el Athletic. ¿Se le hizo raro por su pasado blanquiazul?

R. No. No me arrepiento de nada. Estuve cuatro años maravillosos. Conocí un club nuevo, una filosofía nueva y a una gente maravillosa. Nos trataron fenomenal. El Athletic es un grandísimo club.

P. ¿Entiende el bajón que está teniendo esta temporada?

R. El Athletic tiene sus limitaciones. Tiene un mercado limitado y no tiene lo que quisiera tener. Dar el 100% domingo, miércoles, y así durante muchos meses, es complicado y se nota. Para competir a gran nivel tienes que tener una plantilla muy amplia y muy competitiva e igual el Athletic no tiene esa plantilla competitiva para poder rendir en las dos competiciones.

P. Siendo jugador del Madrid, jugó en San Mamés. ¿Cómo les recibían?

R. Cada vez que veníamos a jugar al País Vasco había esa inquietud dentro del vestuario de decir lo vamos a pasar mal. Venías a Atotxa, campo pequeño. Si no había llovido mucho, lo parecía. El ambiente, la gente encima. San Mamés era más grande, pero parecido. Apretaban mucho. Tenía su encanto y era una gozada jugar. Pero para mí, el mejor campo de fútbol era Atotxa. Jugar ahí era una gozada. No lo cambio por nada. Ya sé que no era el mejor campo del mundo, ni el más moderno, ni el más bonito… Pero jugar ahí tenía un encanto que no tiene ningún campo de hoy en día.

P. Con la gente tan pegada al campo se pasaba mal.

R. Cuando era jugador de la Real era una maravilla. Cuando, en cambio, iba a Pamplona, por ejemplo, te escupían, te insultaban a la oreja… Agradable no era, pero antes no pasaba nada.

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