El Athletic derrota al Mallorca y vuelve a sonreír

Un catastrófico arbitraje de Alejandro Quintero estropeó el partido de San Mamés entre el Athletic y el Mallorca en el que los bilbaínos volvieron a ganar después de varias jornadas de sequía. Un penaltito para abrir boca, el reparto indiscriminado de tarjetas, incluso para cortar una entrada peligrosa de los bilbaínos al área del Mallorca porque Muriqi protestaba desde el suelo; la doble amarilla en tres segundos a Antonio Sánchez, desquiciado por el trencilla, y como colofón, un final embarrado cuando Leo Román subió a rematar la última jugada, cazó sin balón a Maroan, que se marchaba hacia la portería vacía, y pitó la falta posterior de Nico Williams, tarjeta incluida, sin darle tiempo a disfrutar la ley de la ventaja. Despropósito total al que, por fortuna, no se unieron los futbolistas, más cabales en su hacer que el juez.

ATHAthletic

2

MLL Mallorca

1

Goles 1-0 min. 8: Williams. 1-1 min. 77: Samuel Costa. 2-1 min. 82: Alejandro Rego.

Árbitro Alejandro Quintero González

Tarjetas amarillas Ruiz de Galarreta (min. 36), Darder (min. 46), Laporte (min. 48), Muriqi (min. 75), Raíllo (min. 88), Jesús Areso (min. 89), Antonio Sánchez (min. 92), Daniel Vivian (min. 93) y Leo Román (min. 94)

Salió en tromba el Athletic, como el temporal que azotaba el Cantábrico, más viento que lluvia, y el Mallorca apenas podía tenerse en pie en San Mamés. No salía la pelota del área de Leo Román, acechaba el peligro, que podía concretarse en cualquier cosa, y pasó. Llevaban los bilbaínos dos remates fallidos de Williams y Robert Navarro cuando en el tercero, que también intentaba Iñaki, Martin Valjent golpeó en la suela del delantero, nada en principio, aunque apareció el VAR para avisar de un penaltito del nuevo fútbol, que Iñaki transformó para inaugurar el casillero.

Con la ansiedad atemperada por el gol, pocas cosas cambiaron en el partido. La presión agresiva del Athletic ahogaba al Mallorca, incapaz de atravesar el medio campo con un mínimo de garantías. Con Nico Serrano y Robert Navarro buscando las diagonales, y con opciones de anotar en varias llegadas. Al otro lado del campo, Unai Simón pedía un telescopio para ver un partido que le quedaba a años luz.

En la segunda parte no cambió demasiado la proporción de fuerzas, pero el Mallorca consiguió, aprovechando la fatiga rojiblanca, desordenar el partido.

No generaba peligro el equipo de Arrasate, pero desconcertaba al Athletic, que iba perdiendo gas con el paso de los minutos, hasta que en una acción por la banda izquierda, Samu, pegado a la línea de cal, envió una pelota a la aventura, como quien compra el cupón para ver si le toca, y le tocó. El lanzamiento superó por arriba a Unai Simón para igualar el partido.

Pero al Athletic le quedaba una vida más. Puso Valverde en el campo a toda su artillería, incluido Nico Williams, y en pleno acoso a la portería mallorquina, un pase de Areso desde el lado derecho llegó al punto de penalti donde el prometedor Alejandro Rego metió el pie para darle la victoria a los bilbaínos, que aguantaron el acoso posterior del Mallorca, ya con un hombre menos sobre el césped por la expulsión de Sánchez, y unidos los dos equipos contra un adversario común, el árbitro, que desquició a ambos, y al público, que le despidió con la pitada más sonora de las últimas temporadas.