El Inter de Milán manda a casa a un River Plate peleón y el Mundial de Clubes se vacía de clubes argentinos

Sesenta minutos pudo resistir y porfiar River Plate al Inter de Milán. Una hora en la que tiró del orgullo y de la abrumadora presencia de sus hinchas para evitar que Argentina se quedara sin representantes en este Mundial de Clubes en el que los equipos brasileños son los que están marcando el paso del fútbol sudamericano. Cayó primero Boca Junior tras su inesperado resbalón con el amateur Auckland (1-1) y al día siguiente River. El duopolio argentino ha peleado la clasificación para octavos, pero se ha quedado en la orilla con la sensación de que les urge reinventarse para subirse al mismo vagón competitivo y económico de los brasileños. Ambos clubes dejan como legado que sus respectivas aficiones han defendido su grandeza y la han transmitido en Los Ángeles, Miami o Seattle.

INTInter

2

Yann Sommer, Matteo Darmian (Stefan de Vrij, min. 82), Francesco Acerbi, Alessandro Bastoni, Kristjan Asllani, Henrikh Mkhitaryan, Federico Dimarco (Carlos Augusto, min. 62), Nicolò Barella (Petar Sucic, min. 61), Denzel Dumfries, Francesco Pio Esposito (Sebastiano Esposito, min. 82) y Lautaro Martínez (Valentín Carboni, min. 72)

RPRiver Plate

0

Franco Armani, Gonzalo Montiel, Lucas Martínez Quarta, Paulo Díaz, Marcos Acuña, Rodrigo Aliendro (Manuel Lanzini, min. 60), Maximiliano Meza (Ignacio Fernández, min. 54), Matías Kranevitter (Giorgio Costantini, min. 61), Franco Mastantuono, Facundo Colidio (Germán Pezzella, min. 67) y Miguel Borja

Goles 1-0 min. 71: Francesco Pio Esposito. 2-0 min. 92: Alessandro Bastoni

Arbitro Ilgiz Tantashev

Tarjetas amarillas Montiel (min. 21), Alessandro Bastoni (min. 30), Lanzini (min. 76), Carlos Augusto (min. 76), Sebastiano Esposito (min. 84), Paulo Díaz (min. 86), Denzel Dumfries (min. 93)

Tarjetas rojas Lucas Martínez Quarta (min. 65), Montiel (min. 94)

La hinchada de River apelaba en la previa del duelo a una mística amasada y representada en los 35.000 seguidores que se han desplazado a Seattle, por dos veces, y a Los Ángeles. El trayecto de los aficionados y aficionadas procedentes de Argentina, que son minoría, incluía escalas por la ausencia de vuelos directos que supera el tiempo que se emplea en cruzar el charco hasta Europa. Miles de hinchas en son paz que en la noche previa pululaban por Seattle y ocupaban pubs y restaurantes de la Primera Avenida. Tienen los clubes argentinos el mercado a explotar más cerca que Europa, una ventaja para exportar sentimiento e identidad, que es una buena semilla para crear caladeros .Eso han hecho las hinchadas de River en la costa Oeste y la de Boca en la Este. Fanáticos que cuando se cruzaban en los semáforos, algunos arrastrando maletas, y sin conocerse, montaban tertulias improvisadas. Puede que ya no queden equipos argentinos en el campeonato, pero en la grada han ganado por goleada. La camiseta con la banda era la tarjeta de presentación. Suficiente. Las conversaciones iban desde si debía jugar Borja o si Marcelo Gallardo se atrevería con Kranevitter. Uno cuestionado como goleador tras su mano a mano fallido ante Tigres. El otro que, pese a ser el un cinco natural para reemplazar a Enzo Pérez, no ha terminado de cocer en el mediocentro que prometía cuando lo reclutó Simeone para el Atlético en 2015. Fue con los dos Gallardo, obligado a armar un mediocampo de circunstancias porque también le faltaban por sanción Castaño y Galoppo. Aliendro y Meza fueron los otros dos volantes que escogió el preparador argentino para medirlos con Barella, Mkhitaryan y Asllani.

Entre las numerosas bajas y la supuesta superioridad del Inter el duelo había tomado un aire de Manstantuono y la citada mística de River contra el subcampeón de Europa. El potencial flamante fichaje del Real Madrid, pese a sus 17años, se ganó aglutinar las esperanzas de un gigante como River. Tuvo más intención que desequilibrio real cuando entró en acción. Eligió mal en el último pase en una buena transición que comandó y comprobó que intentar pasar globos por el centro de una defensa italiana es complicado para cualquiera.

Fue valiente Gallardo, que hizo todo lo posible porque sus futbolistas no le perdieran la cara al Inter. Aguantaron el tipo con un par de arreones en el arranquer antes de empezar a ir buscarle arriba. Asllani remató centrado un pase atrás de Barella y Mastantuono dio la réplica en la siguiente jugada con un disparo más violento que fino. Se aprovechó River del bajón anímico y físico que pasa factura al Inter tras el vapuleo que se llevó en la final de la Champions ante el PSG (5-0) y perder el Scudetto cuando lo tuvo a tiro. Un rival desgastado le daba al conjunto de Núñez para mantener el empate a cero que le daba la clasificación mientras el marcador siguiera igual en el duelo entre el Monterrey mexicano y el Urawa nipón. A la media hora, con tres goles casi consecutivos de Rayados, esa vía se cerró.

Debía ganar River, que se fue al descanso metido en el partido con el empate a cero. Y se mantuvo, ya más sostenido por la grada y el orgullo que por juego. Empezó a doblarse cuando los futbolistas del Inter empezaron a marcar diferencias físicas y de velocidad de pelota. Barella comenzó a inventar, Dumfries y Darmian percutían y Lautaro lideró una carga con dos maniobras, dos autopases en corto en el área, que no acabaron en gol por poco. Una se estrello en el palo y la otra la sacó Armani, que empezó ser el jugador del partido para River. La expulsión de Martínez Quarta por derribo como último hombre a Mkhitaryan ya fue definitiva. No tenía ya pulmones ni juego el equipo de Gallardo y el joven Expósito empezó a concretar la diferencia para el Inter al remachar una llegada de Sucic. Bastoni cerró el partido con un zurdazo al que Armani no respondió a la altura de su partido.

Clasificación

Grupo E	PT	PJ	PG	PE	PP
1 INT	7	3	2	1	0
2 MTY	5	3	1	2	0
3 RP	4	3	1	1	1
4 URD	0	3	0	0	3

Grupo E	PT	PJ	PG	PE	PP
1 INT	7	3	2	1	0
2 MTY	5	3	1	2	0
3 RP	4	3	1	1	1
4 URD	0	3	0	0	3