Norris firma una ‘pole’ de cine en el GP de Austria
El británico arrancará el primero el fin de semana en el que se estrena la esperada película protagonizada por Brad Pitt


Brad Pitt ha hecho muchas cosas en la vida. Ha sido detective (Seven), vendedor de jabón (El club de la lucha), general mitológico (Troya) y galán compulsivo (todas ellas). Desde esta semana, también es piloto de Fórmula 1. Su nueva película se llama F1: The Movie, y se estrenó el viernes con redoble de tambores, luces largas y la bendición tácita de Liberty Media, dueña de un campeonato que desde su desembarco ha vivido una especie de Big Bang. En el proyecto, que arrancó hace casi tres años, hay monoplazas, circuitos y pilotos reales, además de cámaras de última generación. Todo ello con la intención de conseguir que los recursos de las grandes superproducciones de Hollywood contribuyan a dar el último petardazo en términos de regularidad. Con la promoción que han llevado a cabo todas las partes implicadas, son pocos los que tienen dudas de que el primer objetivo ya se ha conseguido. Otra cosa será lo que diga la crítica.
Al parecer, el inicio hay que buscarlo en una conversación entre Lewis Hamilton y los productores de Apple. El británico quería impulsar una película a la que no se le vieran las costuras. Nada de neumáticos chirriando en la hierba o cambios de marcha a destiempo, de esos que hacen arder los ojos de los mínimamente entendidos. Algo serio o, al menos, lo bastante digno para no tener que esconderse por el paddock. Hamilton no solo ha ejercido de asesor, sino también de productor, además de participar en el guion y contribuir a la elección de Damson Idris como uno de los protagonistas principales.
Here's the line-up for Sunday's race 👀#F1 #AustrianFP pic.twitter.com/4EWfloiNoP
— Formula 1 (@F1) June 28, 2025
Pitt se tomó el papel con el rigor que suelen aplicar los actores cuando se trata de hacer algo peligroso y glamuroso a la vez. A sus 61 años, se entrenó durante meses, rodó en Silverstone, en Spa, en Hungaroring, y rodó a velocidades que seguramente incomodaron en más de una ocasión a su representante. Al volante de un prototipo de F2 disfrazado de F1, el actor de Oklahoma se mezcló con los integrantes de la parrilla en situaciones reales. En los talleres, las miradas de los técnicos de los equipos solían observar las escenas en las que se colaba Pitt con la mezcla habitual de indiferencia profesional y curiosidad morbosa.
La historia, como todas las de redención, tiene poco misterio: el viejo león vuelve, el pupilo aprende, y el equipo —ficticio, por cierto— se juega la gloria en las últimas vueltas. Hay drama, además de una especie de nostalgia construida sobre la épica del riesgo. Es previsible, pero también eficaz. El director, Joseph Kosinski, ya hizo despegar a Tom Cruise en Top Gun: Maverick. Su obsesión, esta vez, ha sido que el espectador entienda cómo actúan las fuerzas G, a pesar de estar apoltronado en una butaca. Para ello ha metido cámaras dentro de los cascos, en los alerones y hasta en las manos de los mecánicos.
El preestreno tuvo lugar hace un par de semanas en Nueva York, con la mayoría de la parrilla presente —no estuvieron ni Max Verstappen ni Fernando Alonso—. “Creo que si hubiera podido ver esta película en mi infancia, seguramente aún me habría inspirado más para tratar de llegar a ser piloto. Creo que mostrará nuestro deporte de otra forma. Esta película, al igual que Drive to Survive —la serie de Netflix—, hará que la F1 llegue a mucha más gente”, comenta Hamilton, que ha trabajado codo con codo con Pitt.
“Tanto Brad como todo el equipo se mezclaron con nosotros en todo momento. Y me impresionó lo bien que entendieron las dinámicas de la F1. Lograron integrarse en los grandes premios sin molestar”, conviene Lando Norris, que este sábado, en Austria, se adjudicó una pole de cine, la tercera del curso para él y la más clara, con más de medio segundo de margen a su favor. El británico, que sigue persiguiendo a Oscar Piastri, su compañero en McLaren, en la pelea por el título, arrancará en el Red Bull Ring (15:00 horas, Dazn), al lado de Charles Leclerc, mientras que Piastri lo hará el tercero. Verstappen lo hará el séptimo; Alonso, el undécimo y Carlos Sainz, el penúltimo. “Para los aficionados a la F1, seguramente habrá cosas demasiado al estilo de Hollywood. Pero la calidad de las imágenes que han conseguido es insana”, declaraba Sainz, tras asistir a un pase especial. Uno de los más hábiles en aprovechar el tirón ha sido Zak Brown, director de McLaren. El ejecutivo, especialista en marketing, le ofreció a Pitt la posibilidad de conducir el bólido papaya de 2023 (MCL60) en una prueba privada en Austin, de la que sacará todo el jugo que pueda.
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