Cohabitación y calendario “básico y ligero” para Remco Evenepoel en su primer año con el Red Bull
El campeón olímpico belga renuncia a correr el Giro y compartirá liderato en el equipo con Florian Lipowitz en el Tour de Francia


“Nada de locuras ni experimentos, solo un calendario básico”, explica Remco Evenepoel, cara colorada de turista de invierno con las rayas de las correas del casco marcando su blancura, que a los 25 años (26 en enero) ha dado un vuelco a su carrera al dejar el Soudal belga, su casa nodriza, para irse al Red Bull alemán, nueva superpotencia en el pelotón. “Me habría gustado correr el Giro, que tiene una contrarreloj muy atractiva o haber hecho un calendario con solo clásicas en primavera, empezando por Flandes, pero al final, analizando todos los datos con la dirección el equipo decidimos conjuntamente que ni una cosa ni otra…” Las únicas clásicas que correrá con total seguridad son la Amstel y la Lieja.
Evenepoel, el gran prodigio que a los 19 años revolucionó la mentalidad tradicional, pasando directamente de ser el mejor júnior del mundo al pelotón del WorldTour, y todos quieren ser como él, chocó con Tadej Pogacar, y con una caída terrible y 10 meses de recuperación. Ganó una Vuelta y un Mundial, y dos oros olímpicos en París, era el boss, el único jefe en el mejor equipo belga, pero no llegó a ser el Eddy Merckx que todos pronosticaban y Bélgica desea y, ya son siete años de profesional, llegada la presentación de 2026 se sienta en un estrado junto al jefe del equipo, Ralph Denk, el nuevo primer director, Zak Dempster, un exciclista australiano que llega del Ineos y lleva solo dos meses y medio en el Red Bull, el viejo Primoz Roglic y el joven Florian Lipowitz, que también, como él, ha sido tercero en el Tour.
Una composición, tres líderes –Roglic solo correrá la Vuelta, buscando su quinto maillot rojo--, que recuerda a la formación de Jumbo y Visma, la pareja Jonas Vingegaard-Roglic, la explosión de Sepp Kuss, que un par de veces pudo con Tadej Pogacar en el Tour. “¿Se le puede ganar a Pogacar?”, se pregunta Denk. “Pogacar es quizás el mejor corredor que nunca se haya visto en el planeta. Para ganarlo o esperamos que cometa un error o le forzamos a cometerlo con un equipo superfuerte”. La analogía con el Jumbo la prolongan Lipowitz, que tiene también 25 años, pero la mitad de experiencia y de expectativas, y el mismo Evenepoel, a quien aparentemente le molesta lo justo no ser líder único.
La cohabitación quizás inesperada parece que de entrada no le hace muy feliz –“es una decisión del equipo que tengo que aceptar”, dice en la rueda de prensa general, “a ver cómo me llevo con Florian, al que ni conozco” --, pero en una segunda charla con periodistas, acepta con entusiasmo ser un imitado de Vingegaard. “Sí, claro que me parece perfecto, es que me daba un poco de miedo decirlo en el escenario porque Primoz [Roglic] estaba sentado a nuestro lado. Todos sabemos el desafortunado final que tuvo su Tour en varias ocasiones [caídas y abandonos]”, explica. “Pero creo que este es el mejor ejemplo de dos ciclistas muy fuertes contra alguien que está solo, pero también muy, muy fuerte. Creo que Tadej también ha mejorado desde entonces. Pero creo que es el mejor ejemplo para nosotros, la forma en que Primoz y Jonas lo hicieron entonces. Eso no significa que tengamos que atacar desde abajo en todas las subidas uno por uno cada vez, pero, por supuesto, hay múltiples tácticas que podemos usar, supongo, y también creo que dos personas completamente diferentes cuando se unen pueden ser una muy buena combinación”. Y Lipowitz, que ama estar callado, escuchar y decir cuatro palabras entrecortadas, asiente. “Pienso lo mismo. Creo que también podemos actuar un poco de forma diferente y, sí, mejor que quizá ir con un solo líder en el Tour”, dice el ciclista alemán, que minutos antes ha anunciado su renovación con el Red Bull “por varios años más”. “Creo que correremos la Volta a Catalunya juntos, así que veremos cómo van las cosas. Pero me siento muy cómodo”.
Está muy contento Evenepoel, que aún, hasta el 1 de enero, no puede vestir los colores de su nuevo equipo, porque, dice, Red Bull ha llevado mucho dinero al equipo, mucha tecnología, ciencia, espectáculo, todo tan diferente a su Soudal tan artesanal, pero hay cosas que no cambian. En la espectacular nave-estudio a las afueras de Palma en la que el equipo ha organizado su media day, al belga, a Roglic, a Lipowitz, les preguntan y escuchan cinco decenas de periodistas de toda Europa. Todos son hombres. El ciclismo, un deporte cada vez más cerrado en sí mismo.
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