El Real Madrid golea al Girona (1-4)
El conjunto Lopetegui, de menos a más, remonta el tanto inicial de Borja García y se impone con claridad al son de Asensio, Bale y Benzema, quien firmó un doblete
Con susto inicial, de menos a más, y al son de Asensio y Benzema, bien escoltados por Gareth Bale, goleó el Madrid en Girona (1-4). También con dos penaltis, ambos muy claros sobre el balear, que le permitieron remontar el tanto inicial de Borja García. Los transformaron Sergio Ramos y el delantero francés y a partir de ahí se soltó el equipo de Lopetegui y se desató Asensio, que eclipsó la segunda mitad con una rutina excepcional. A partir de él se fue desmoronando un Girona al que la voluntad y las fuerzas se le empezaron a agotar tras la primera pena máxima.
Hasta entonces no pudo dominar un Madrid las pasó canutas de inicio. Plano y sin un guía claro en la medular, le sorprendió la presión de los locales, que se adelantaron con un gol de bandera de Borja García. El volante, que pasó por el filial blanco, recogió la pelota en el área y tuvo la pausa y el talento para esperar y sentar a Casemiro con un fino quiebro antes de ponerla en la escuadra con violencia. Imparable. El susto pudo ser mayor si Marcelo no hubiera repelido una buena combinación entre Portu y Lozano. Fue el peor momento de un Madrid que se encontró con dos penaltis tan claros como evitables de Muniesa y Pere Pons. El primero lo ejecutó Ramos a lo panenka y el segundo fue cosa de Benzema, también infalible en la definición.
No le dio para más a un Girona al que empezaron a gobernar Asensio, Bale y Benzema con la compañía de Isco. El cuarto del Madrid, de menos a más, al igual que el equipo en su conjunto, monopolizó el duelo y sometió al grupo de Eusebio. Un preciso pase a la espalda del malagueño para la carrera de Bale significó el tercero, obra del galés. De sus pies y los de Modric, que dispuso de unos 20 minutos, surgió el doblete de Benzema, que mandó a la jaula un envío desde la derecha en una acción validada por el VAR. Fue el último zarpazo de un Madrid atinado arriba y por pulir atrás que arrancó tarde pero fuerte en Montilivi.
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