Keylor Navas, protagonista del derbi en su asignatura preferida

El portero del Madrid parece haber estudiado mejor que ningún otro la asignatura del lanzamiento de penalti. Keylor Navas, volvió a demostrar que superarle desde los once metros no es tarea sencilla. El portero costarricense detuvo el lanzamiento de Griezmann con una gran estirada, completando su cuarta parada en las 13 penas máximas que ha defendido durante su trayectoria en Primera. Sin embargo, el balance es mejor si se le añaden los otros tres remates que no encontraron portería, por lo que habría evitado más de la mitad de los goles que ha encajado desde el punto de penalti (7 de 13). En su primera temporada como portero titular del Madrid, Navas ha salido victorioso en las dos ocasiones en las que se ha visto en esta situación. Antes que a Griezmann, el guardameta tico detuvo su lanzamiento a Rubén Castro en el partido ante el Betis. El de ayer fue el 41º penalti señalado en los 156 derbis ligueros disputados hasta el momento, con un balance de 22 a favor del Madrid (siete fallados) y 19 para el Atlético (ocho marrados). “Es algo que se trabaja, que se estudia. Tengo la suerte de que Dios esté conmigo”, dijo Keylor Navas sobre su parada a Griezmann.

Un derbi táctico y limpio

El portero costarricense fue uno de los grandes protagonistas de un derbi táctico y limpio. A pesar del enfrentamiento deportivo y sentimental que mantienen Madrid y Atlético, el 79º derbi que se celebraba en terreno rojiblanco entre ambos equipos se disputó sin ningún incidente entre sus aficiones. Alrededor de las seis de la tarde llegaron los cerca de 400 seguidores blancos al Vicente Calderón, mientras la Policía custodiaba su acceso al estadio. En ese momento se impidió el paso entre las puertas siete y diez del recinto para que la entrada de los aficionados del Madrid se produjera sin complicaciones. Tras ser cacheados por el personal de seguridad se procedió a su ubicación en el fondo norte del estadio rojiblanco.

A pesar de la tensión del encuentro, tampoco saltaron más chispas de las habituales entre los jugadores, más allá de la batalla táctica que se disputó en el centro del campo. Mientras Benítez apostó por Casemiro como refuerzo para Kroos y Modric, Simeone colocó a Griezmann como cuarto centrocampista junto a Óliver, Gabi y Tiago para minimizar los espacios. No funcionó la estrategia del argentino pues los blancos consiguieron superar esa línea gracias a la movilidad del croata y a los apoyos de Carvajal y Marcelo desde los laterales. El principal perjudicado por la falta de contacto con la pelota fue Óliver, que fue sustituido por Carrasco en el descanso.