600 policías para 5.000 espectadores

A la misma hora en que Riazor jugaba en silencio, el Atlético de Madrid no se enfrentaba a un partido cualquiera. El equipo de Simeone viajó a Cataluña para disputar los dieciseisavos de final de la Copa de Rey, después del triste episodio del domingo en el Manzanares. La expectación fuera del campo eclipsaba cualquier manifestación de fútbol en el tapete. Y así lo entendió el Comité Antiviolencia, que solicitó a los Mossos d' Esquadra que ampliara el operativo de seguridad para un partido que consideró de "alto riesgo".

"Es impresionante la cantidad de policía que hay", admitía un aficionado de L' Hospitalet, tan emocionado con recibir al cuadro de Simeone como asombrado con el operativo de seguridad. Alrededor de un centenar de aficionados del Atlético se acercaron al grito del himno del Atleti al estadio Municipal Freixa Llarga. "Me sorprendió la cantidad de Mossos, pero yo estoy emocionado con el partido", reconocía un catalán aficionado del conjunto rojiblanco. "Esperamos que la seguridad se haga cargo de los costos del operativo", subrayaron desde los despachos de L' 'Hospitalet.

El despliegue contrastó con los los 150 efectivos policiales para velar por la seguridad de 45.000 aficionados en el Calderón

Las medidas de seguridad resultaron también extremas. De los 150 efectivos policiales para velar por la seguridad de 45.000 aficionados en el Calderón el pasado domingo en el duelo del Atlético frente al Deportivo, a cerca de 600 efectivos para un partido de Copa en L'Hospitalet con alrededor de 5.000 espectadores en el Freixa Llarga. Según aseguraron fuentes de los Mossos d' Esquadra, los encargados del operativo no tenían constancia de que miembros del Frente Atlético hubiesen viajado a Cataluña. Sin embargo, respondieron frente a la demanda del Comité Antiviolencia aunque esperaban una noche en paz. Y así fue. Todo se desarrolló con tranquilidad dentro y fuera del campo. Los aficionados del Atlético se dedicaron a apoyar a sus jugadores y los hinchas de L'Hospitalet no se dejaron espantar por la lluvia para darse el lujo de ver a su equipo, de Segunda B, contra el campeón de Liga.

600 policías para 5.000 espectadores