Jefferson Montero solo mira hacia delante

"Yo me vuelvo a casa", aseguraba Jefferson Montero (Babahoyo, Ecuador; 1989) hace dos veranos, cuando hacía la pretemporada con el segundo equipo del Villarreal, a las órdenes de Juan Carlos Garrido. El internacional ecuatoriano, que debutó con la selección absoluta de ecuador en 2007, acababa de aterrizar en España y no estaba acostumbrado a los rigores del entrenamiento europeo. Pero claudicó en su idea de hacer las maletas y se ganó un sitio en el Villarreal. Aunque efímero porque siempre atendió al ataque, pero se despreocupó de las tareas defensivas. Así, dos años después, afronta en el Betis su segunda cesión en un equipo de Primera. Algo, en cualquier caso, que no impide que el conjunto amarillo lo quiera de vuelta, conscientes de su gran potencial aún por descubrir.

En 2009, el equipo castellonense le hizo ficha con el filial que debutaba en Segunda División y Montero cumplió. Completó una gran temporada, con 10 goles en 32 partidos, y debutó con el primer equipo en el último partido de la Liga Europa contra el Wolfsburgo, cuando Garrido ya ocupaba el banquillo del Villarreal. Aunque, a pesar de su velocidad y potencia, no logró asentarse y el club decidió cederlo en enero del curso anterior al Levante, donde jugó 11 partidos sin conseguir anotar.

Joan Oriol, jugador del Villarreal que le conoce desde que llegó a España, cree que sus principales carencias son una cuestión de aprendizaje. "Es una bala y un portento físico, pero un poco paradito a la hora de trabajar", comenta Oriol; "no es que sea vago, el problema es que le enseñaron solo a atacar y lo hace muy bien. Pero después no baja de vuelta". El lateral, sin embargo, piensa que su problema tiene solución: "Va un poco a su aire, pero si están encima suyo puede hacer cosas interesantes".

El Betis es la oportunidad de Montero, que se fija en su ídolo Luis Antonio Valencia, quien, al igual que él, llegó a Europa vía Castellón, pasó por el Recrativo y el Wigan, y ahora es una figura en Ecuador y gana títulos con el Manchester United. Pero para eso, Montero debe mirar también hacia atrás.