El Mallorca sigue en su burbuja

No hay quien le tosa al Mallorca en su casa . Con cinco triunfos en Son Moix, el equipo de Gregorio Manzano transita por la zona alta de la clasificación, felizmente ajeno a la zozobra institucional que se vive en los despachos del club. Las deudas millonarias han disparado los rumores sobre un nuevo proceso de venta. En la víspera del partido, el propio entrenador se reconoció "desbordado" y reclamó calma para prolongar un momento deportivo tan dulce. Sus futbolistas cumplieron otra vez.

La víctima fue el Racing, que llegaba con la intención de mantener su propia racha: hasta ayer había permanecido invicto en todos sus desplazamientos. Contra las cuerdas tras los últimos resultados en casa y el varapalo en Copa ante el Salamanca, Juan Carlos Mandiá planteó el duelo sin pasar por el centro del campo. Con balones largos, trató de activar a su tripleta atacante, con Luis García y Tchité en punta y Munitis escorado a la derecha. La suerte de un encuentro entre dos equipos poco amigos de la posesión de la pelota se dirimió, precisamente, en la línea central.

Allí brilló el doble pivote formado por Mario Suárez y Borja Valero sobre la pareja racinguista de Colsa y Lacen, correctos en la contención pero demasiado lentos en la elaboración del juego. Los cántabros se acercaron a balón parado en una primera mitad algo espesa, y pudieron pescar algo en el río revuelto en que se convirtió el partido en el segundo tiempo, pero les faltó puntería en las contadas ocasiones de que dispusieron.Todo lo contrario que un Mallorca que atrapa los goles con una facilidad pasmosa.