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Defensora del lector
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

“Foto cedida”, ‘pool’ y otros eufemismos que camuflan el freno al fotoperiodismo

Se han extendido en el periódico las imágenes que no son obra de reporteros gráficos que trabajen bajo los principios éticos del periodismo

Soledad Alcaide

Cada vez se publican más fotos en EL PAÍS que no han sido tomadas por fotógrafos que trabajen bajo los principios del periodismo. Al principio eran imágenes imposibles de conseguir de otro modo, como en aquellos sucesos donde solo existen las captadas por testigos con el móvil. Sin embargo, poco a poco, el periódico ha aceptado que empresas, marcas, partidos políticos, artistas e instituciones cuelen sus instantáneas, en las que el control de su imagen prevalece sobre la información. Las expresiones que se escriben en los pies de foto para estos casos, como pool, foto cedida, por cortesía, “en una imagen de...”, son eufemismos que ocultan que ningún fotógrafo del periódico (o de una agencia de noticias) fue al lugar de los hechos o, aún peor, que no se le permitió hacer su trabajo.

El redactor jefe de Fotografía, Moeh Atitar, afirma que esta última es una situación cada vez más frecuente: “No es que no queramos o no podamos ir, que también sucede; es que no tenemos la opción de estar”. Un ejemplo reciente ha sido el concierto de Radiohead del 4 de noviembre en Madrid, una rara vez en la que se detalló lo ocurrido en el pie de foto de la crónica: “Thom Yorke (...), en una imagen proporcionada por el grupo, ya que no dejó entrar a fotógrafos de medios”.

Como lo habitual es que no se indique nada, este pequeño glosario ayudará al lector a discernir qué tipo de foto tiene delante:

Imagen difundida por. La foto de la noticia en la que se informó el lunes de que el fondo de inversión estadounidense Apollo ha comprado una participación mayoritaria del Atlético de Madrid retrata a Miguel Ángel Marín, Enrique Cerezo y Robert Giovone, socio del fondo. El pie de foto indica: “En una imagen difundida por el Atlético tras el acuerdo”. No se trata de una fotografía periodística, sino promocional, hecha por el club de fútbol sin más testigos. En casos similares también se usan las fórmulas “foto cedida”, “una imagen de”, o “difundida por”, y es raro que figure el autor.

Pool. El juicio al fiscal general del Estado en el Tribunal Supremo ha sido otra muestra de un espacio inaccesible al fotoperiodismo, mientras un enjambre de fotógrafos trabajaba cada día en el exterior del edificio. Salvo en la primera jornada, el día 3 de noviembre, en la que el tribunal dio entrada a un reportero gráfico de la agencia Efe, la Sala de lo Penal ha estado vedada. La jefa de prensa del tribunal explica que han acreditado a 27 periódicos y siete agencias y, por razones de espacio, no se puede permitir la entrada a todos sus fotógrafos. En todos los juicios de España, recalca, las cámaras solo acceden el primer día, porque estos deben ser “públicos, pero no publicitados”.

Por eso, las únicas imágenes del primer fiscal general del Estado en el banquillo del Supremo son capturas de pantalla de la señal institucional de vídeo, que usaron los redactores de tribunales para seguir las sesiones. Tenían muy baja calidad, que se ha sufrido especialmente en la edición impresa. No habrá, por tanto, fotografías en la hemeroteca que en el futuro puedan emplearse como documento histórico.

En el papel, se ha dado una sola foto de Álvaro García Ortiz en el primer día del juicio, publicada el día 4. La firma corresponde a J. J. Guillén, de la agencia Efe, y, a continuación, entre paréntesis, se añadió la palabra pool. No solo resulta un término críptico para los lectores, quienes me han transmitido su confusión, sino que estrictamente no debe aplicarse a esta situación.

En la definición del manual de la Escuela de Periodismo de Columbia, News Reporting and Writing (1977), del profesor Melvin Mancher, un pool es un pacto entre los fotógrafos o reporteros que cubren una noticia, que eligen de entre ellos un número limitado de profesionales para entrar al acto y luego comparten el material resultante.

En el juicio del fiscal general no hubo ningún acuerdo entre los medios, sino que fue el Supremo el que designó a Efe, como se ha hecho durante décadas, según su jefa de prensa. Es lo mismo que hacen otras instituciones como la Casa del Rey o el Gobierno. Por ejemplo, cuando Pedro Sánchez se reunió en enero con Volodímir Zelenski en el foro de Davos (Suiza), un fotógrafo de La Moncloa tomó la instantánea y luego se distribuyó con el crédito de pool.

Lo que debería ser un acuerdo entre los profesionales se convierte en esos casos en una imposición. Esto limita el derecho a la información, ya que solo permite un punto de vista periodístico. Por eso, ni siquiera debería llamarse pool.

Cortesía. El crédito en una foto “por cortesía de” es otro eufemismo para las imágenes promocionales. En la reseña de un mini calefactor de bajo consumo publicada este miércoles en Escaparate, el pie de foto indica “por cortesía de Amazon”. La expresión resulta desafortunada porque sugiere que la marca ha tenido un detalle, cuando la imagen tiene una clara función publicitaria.

Conclusión. Las fotos cumplen un papel informativo y, casi siempre, se convierten en la prueba documental que da fe de los hechos, como ha ocurrido con los miles de imágenes de cómo Israel arrasaba Gaza. Cuando el Libro de Estilo señala que EL PAÍS debe esforzarse “por presentar diariamente una información veraz, lo más completa posible, interesante, actual y de alta calidad” también incluye la fotografía. Pero admitir fotos de fuentes con tanta frecuencia baja ese listón.

Sería inadmisible que el periódico renunciara a defender el derecho a la información. Por eso, resulta imprescindible denunciar públicamente cada vez que se obstaculiza el fotoperiodismo, como ocurrió con Radiohead. Para ello, hace falta una revisión profunda de cómo se acreditan las imágenes: aclarar su origen, unificar criterios y eliminar eufemismos que confunden. Al poner en valor la labor de los fotoperiodistas, ayudaremos a los lectores a diferenciar un trabajo periodístico de la propaganda.

Para contactar con la defensora puede escribir un correo electrónico a defensora@elpais.es o enviar por WhatsApp un audio de hasta un minuto de duración al número +34 649 362 138 (este teléfono no atiende llamadas).

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Sobre la firma

Soledad Alcaide
Defensora del Lector. Antes fue jefa de sección de Reportajes y Madrid (2021-2022), de Redes Sociales y Newsletters (2018-2021) y subdirectora de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS (2014-2018). Es licenciada en Derecho por la UAM y tiene un máster de Periodismo UAM-EL PAÍS y otro de Transformación Digital de ISDI Digital Talent. 
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