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En la Escuela de Fráncfort sí había mujeres: eran feministas, militantes e investigadoras

‘En las sombras de la tradición’ ilustra una investigación realizada por el centenario del Instituto de Investigación Social que rescata por primera vez las figuras ocultas de su historia

¿Quiénes son las mujeres que aparecen en la foto de la Semana del Trabajo Marxista, que sentó las bases para la Escuela de Fráncfort? La bibliografía suele sugerir que estaban vinculadas a los hombres y su papel era secundario, pero no. Eran siete mujeres con formación intelectual, activas políticamente y que, al igual que Max Horkheimer, Theodor W. Adorno o Herbert Marcuse, formaron parte del Instituto de Investigación Social (IfS), cuna de la Escuela de Fráncfort, un movimiento que nació en los años veinte del siglo pasado con ideas críticas sobre la sociedad, la cultura y la política. Se trataba de la actriz Hede Massing; la pedagoga y filósofa Hedda Korsch; Gertrud Alexander, periodista, política y crítica de arte; Rose Wittfogel, bibliotecaria diplomada; Käthe Weil, pedagoga; Christiane Sorge, economista; y la feminista y filósofa Margarete Lissauer.

Sus biografías han sido recuperadas en un artículo de la investigadora Judy Slivi incluido en el libro En las sombras de la tradición (Eterna Cadencia). El nuevo volumen, editado con motivo del centenario del legendario IfS, reúne textos de Christina Engelmann, Lena Reichardt, Bea S. Ricke, Sarah Speck y Stephan Voswinkel en los que se hace una revisión histórica inédita.

Sarah Speck, actual subdirectora del IfS, habla en una videollamada de los hallazgos del proceso de investigación recogidos en esta publicación: “Todos sabemos que la historia de la Escuela de Fráncfort y del Instituto de Investigación Social es una historia masculina. Creo que con este libro realmente cambiamos esta perspectiva”. La búsqueda no fue fácil. Sus nombres eran difíciles de encontrar por las vías tradicionales. “Pero hay otro tipo de material como cartas, chismes, entrevistas, historia oral”, apunta.

La politóloga y filósofa argentina Verónica Gago elaboró el prólogo. “Lo primero que quise hacer notar es que había muchas mujeres en la Escuela de Fráncfort, pero siempre aparecían bajo las etiquetas de esposas, asistentes, bibliotecarias, taquígrafas, secretarias”. El primer gesto del libro, dice, es reconocerlas en sus aportes específicos, en sus prácticas teóricas y en una metodología de trabajo colaborativa. Para Gago esto era “la cocina de la investigación”: todo lo que hay que hacer, entender y preparar para el producto final.

Sindicalista, judía y socialista

Käthe Leichter (1895-1942) nació en una familia judía burguesa de Viena. Estudió Ciencias Políticas y entró a la vida política en los consejos obreros y de mujeres a finales de la Primera Guerra Mundial. Su relación con el Instituto data desde sus orígenes. En sus memorias narró su amistad con Carl Grünberg, el primer director de la institución, y asegura que fue ella quien lo propuso a los fundadores para el cargo. Fue invitada a Fráncfort, aunque prefirió quedarse en Viena donde comenzó a organizar en 1925 la sección de mujeres de la Cámara de Trabajadores. Fue ahí donde estableció un nexo entre la producción del conocimiento feminista y el socialista, resultados que quedaron plasmados en publicaciones como El libro del trabajo femenino en Austria (1930) o Así vivimos… 1.320 trabajadoras industriales informan acerca de su vida (1932).

Con un pie en las fábricas y el otro en la generación de conocimiento, “los debates de los movimientos feministas y obreros se reflejaban en las problemáticas abordadas en las investigaciones y, a la inversa, los resultados de los estudios académicos debían ser de utilidad para la política”, consigna Duma. Uno de sus principales trabajos fue Estudios sobre autoridad y familia, un proyecto colectivo del IfS donde Leichter desarrolló cuestionarios y redactó los primeros resultados. En el texto final, publicado por Horkheimer, la autora solo es mencionada en el cuerpo de texto en los capítulos.

En 1937 finalizó su colaboración con el IfS cuando el avance del nazismo ya era demasiado peligroso para una mujer como ella. Cuando muchos ya estaban en el exilio, ella permaneció en Austria y, tras formar parte de la resistencia, fue detenida. Algunas sobrevivientes que compartieron encierro con ella en el campo de concentración de Ravensbrück aseguraron que, incluso en el encierro, continuó con su trabajo político e investigativo. Leichter fue asesinada entre finales de 1941 y comienzos de 1942 en el Sanatorio y Centro de Salud Mental de Bernburg.

Investigadoras ‘multitasking’

Horkheimer, Adorno, Habermas… “Tres o cinco genios que a veces se sentaban con cigarrillos y whisky y hablaban de sus ideas filosóficas”, retrata Speck. “No se trata de quitarle mérito a su trabajo”, aclara Gago, quien no niega que sus obras son impresionantes. Sin embargo, ella critica “la construcción de una historia androcéntrica, que recorta esas figuras masculinas y deja en la sombra y como subalternas a quienes hicieron posible que esos genios escribieran, pensaran, investigaran y publicaran”.

Ellas, en cambio, eran lo que hoy se llamaría multitasking. Gago destaca que estas mujeres “combinaron trabajo empírico, reflexión teórica, agitación política y militancia”. Considera que eran unas desobedientes. “Había una desconexión en los años 60 entre las figuras más conocidas del IfS (los hombres) y los movimientos sociales”. Ahora se sabe, a través del trabajo de algunas de las investigadoras, que ellas sí tenían vínculo con los grupos feministas de esa época.

Speck habla de tres investigadoras que pasaron por el IfS y, tras su salida, formaron parte de la vanguardia de la teoría de género: Mirra Komarovsky, Helge Pross y Regina Becker-Schmidt. Verónica Gago añade: “Se dejaron de lado algunas búsquedas que tienen que ver con la perspectiva feminista y materialista, que hoy se están recuperando y actualizando”.

En España el libro ha generado expectación. “Si no hay periferia, el centro no existiría. Sin todo el trabajo a la sombra, no hubiera habido tradición como tal”, apunta Lorena Acosta, profesora de la sección de Filosofía de la Universidad de La Laguna (Tenerife) quien, junto a su colega Chaxiraxi Escuela desarrolla un seminario sobre autores en la periferia de la Teoría Crítica donde caben estas mujeres desconocidas. A través de una videollamada, las académicas celebran el interés de sus alumnos en estas nuevas figuras: “A la mayoría no las conocían. Es sorprendente como muchas de esas figuras han pasado totalmente desapercibidas y yo creo que habrá ese mismo entusiasmo con la traducción de este libro al español”, dice Escuela.

José Manuel Romero, profesor del departamento de Historia y Filosofía de la Universidad de Alcalá, cree que la investigación va a tener un impacto importante en los estudios sobre esta corriente de pensamiento. El académico asegura que en la historiografía oficial y no oficial del Instituto solo sobresalen figuras masculinas. “Es cierto que Horkheimer y Adorno realizaron una crítica, que pretendió ser radical, de la sociedad moderna y de la propia civilización occidental, pero mantuvieron dentro y fuera de la academia hábitos más bien propios de señores burgueses, y parece que en el ámbito del Instituto tendieron a reproducir las estructuras patriarcales de la época”.

La nueva publicación es parte de una amplia ola de revisión feminista más allá de la filosofía. En la Bauhaus surgieron los nombres de Anni Albers, Gunta Stölzl o Marianne Brandt; Hilma af Klint en la pintura abstracta y Leonora Carrington, Remedios Varo o Dorothea Tanning en el surrealismo. También la ciencia, la literatura y otras disciplinas trabajan para sacar a la luz a muchas mujeres que, hasta hoy, estuvieron en la sombra de la historia intelectual del siglo XX.

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Sobre la firma

Constanza Pérez Z.
Latinoamericana. De Chillán, Chile. Escribe en la sección de Cultura. Estudió Periodismo en la Universidad Católica de Chile y ha colaborado con medios nacionales en temas sobre derechos humanos, género, política y migración. Actualmente cursa el máster de Periodismo UAM-EL PAÍS.
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