Jorge, Robe y la autopista al infierno
La necesidad de dinero tras el hundimiento del negocio discográfico y las demandas del ego explican la creciente longevidad de la vida laboral de los artistas

He seguido con fascinación el eco de los fallecimientos consecutivos de Jorge Martínez y Robe Iniesta. Por esta vez, no podemos quejarnos de que “nuestros muertos” hayan pasado desapercibidos: los medios se han volcado, aunque en algunos casos puede que no hayan entendido demasiado sobre su evolución artística (o la falta de evolución, algo especialmente trágico en el caso de Jorge, formidable artista encerrado por su propio mito de Bárbaro del Norte con Guitarra Fender).
En las redes, sin embargo, se han colado otras valoraciones. Algunos malajes sugieren que ellos se lo han buscado, que aceleraron su final por seguir la ruta del rock: reducen esa vía profesional a la caricatura de bacanales ininterrumpidas de alcohol, drogas ilegales y sexo sin protección. Resiste el poder de las leyendas, la inmovilidad de los tópicos, el rencor hacia los audaces. De fondo, susurran que dedicarse al rock y músicas adyacentes es una opción peligrosa.
Enseguida te sacan el comodín del Club de los 27: las desapariciones de Janis Joplin, Jimi Hendrix, Kurt Cobain, Jim Morrison, Brian Jones o Amy Winehouse a esa edad. Una teoría que intentan reforzar con la incorporación al elenco del bluesman Robert Johnson, de cuya muerte no se sabe nada y que ciertamente tenía una ruta laboral muy diferente. Son coincidencias muy llamativas pero estadísticamente banales, que se explican por una concatenación de circunstancias: ascenso rápido a la fama, fácil acceso a sustancias recreativas, relativa ausencia de redes de protección.

Actualmente, los músicos son muy conscientes de los riesgos gremiales. Sus managers, quiero pensar, también cuidan más de los artistas. Y el negocio toma precauciones. A ciertos niveles, por insistencia de las aseguradoras, se exigen chequeos médicos antes de una gira extensa. Keith Richards, no ciertamente el testigo más fiable, presumía que incluso llegó a recorrer Estados Unidos acompañado por unos agentes del FBI, que se aseguraban de que el material que consumía fuera de calidad. Difícil de creer pero sabemos que las tournées de The Rolling Stones movilizan cantidades millonarias.
Un estudio australiano de 2015 aseguraba que dedicarse a la música rock podía suponer una merma de 25 años, en comparación con la duración media de vidas más sedentarias y reguladas. Para algunos, puede resultar un consuelo saber que hay mayor riesgo de suicidios, muertes accidentales y homicidios en el hip-hop, tan marcado por las pandillas y las armas de fuego: recuerden los paralelismos entre las desapariciones de Notorious B.I.G. y Tupac Shakur.
Tengo mis dudas. La metodología del estudio parte de una base de datos extensa pero limitada a decesos llamativos, recogidos en los medios. Tampoco toma en cuenta los contrastes de estilos de vida entre tribus, que explicaría que la modesta ratio de suicidas en el blues se multiplique por ocho en la del universo del infinitamente más nutrido heavy metal.
La duración de las carreras de los artistas responde a las peculiaridades de cada género: el jazz, el folk, el blues toleran mejor la prolongación de la actividad, mientras que aún no tenemos clara la trayectoria de los practicantes de expresiones más recientes, como la música electrónica. ¿Y dónde encontrar los equivalentes de un Willie Nelson? Con 92 años, el tejano sigue grabando y actuando. Hasta Bob Dylan, mero octogenario, le mira con envidia.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Más información
Archivado En
Últimas noticias
Consumo multa a Airbnb con 64 millones por permitir anuncios de viviendas turísticas sin licencia
Consumo multa a Airbnb con 64 millones de euros por anunciar viviendas turísticas sin licencia
Última hora de la actualidad política, en directo
Finaliza la alerta roja por lluvias en Valencia sin incidencias graves y queda la alerta naranja en Castellón
Lo más visto
- Sin duchas ni camas adecuadas, y con obras en marcha: así estrenaron 30 niños extranjeros el centro de acogida de La Cantueña de Ayuso
- Guardiola elimina la prohibición de que los jefes de servicio de la sanidad pública ejerzan en la privada y sube un 59% la derivación de pruebas
- El “canibalismo interno” se extiende en el PSOE a la espera del día después de Sánchez
- El hombre que desarmó a uno de los atacantes en Sídney es aclamado como un héroe en Australia
- El Ayuntamiento de Valencia y el Levante piden a LaLiga aplazar el partido contra el Villarreal por las fuertes lluvias





























































