Las claves del robo en el Louvre: siete minutos, cuatro asaltantes y una escalera para acceder a las joyas de la Corona
Las piezas robadas en este golpe de película, que forman parte de la historia de Francia, tienen un valor incalculable

El golpe que ha sufrido este domingo el Museo del Louvre se califica ya como el mayor robo en la pinacoteca en un siglo, un atraco de película. El valor de las piezas sustraídas es difícilmente calculable, porque forman parte de la historia de Francia. Los asaltantes quebraron la seguridad del museo más visitado del mundo, dieron el golpe en siete minutos y huyeron en motos de gran cilindrada.
¿Cómo pudieron acceder los asaltantes al museo?
Los asaltantes fueron cuatro. Llegaron al museo, dos en motos de gran cilindrada, otros dos en un vehículo. El centro acababa de abrir. Eran entre las 9.30 y 9.40 de la mañana y ya había gente dentro. Accedieron al interior a través la fachada situada en el lado que da al río Sena, por una escalera mecanizada como las que se utilizan en las mudanzas y entraron por un balcón a la galería de Apolo, situada en el primer piso. Los encapuchados amenazaron a los agentes presentes en la sala con las mismas radiales con las que luego rompieron las vitrinas para que no se acercaran. Se llevaron nueve piezas.

Después huyeron como llegaron: en moto. Toda la operación duró unos siete minutos. Según han confirmado tanto el ministro de Interior, Laurent Nuñez, como la titular de Cultura, Rachida Dati, está claro que trata de ladrones profesionales, que “habían hecho previamente un reconocimiento de la zona”, para saber por dónde podían acceder. La fiscal de la República, Laure Beccuau, ha apuntado a un comando organizado.
Se ha abierto una investigación por robo en banda organizada y de momento no se ha encontrado a los asaltantes. De las nueve piezas robadas, la policía ha encontrado una, una corona que perteneció a Eugenia de Montijo, que perdieron en su huida. Por lo tanto, ocho piezas seguían desaparecidas este domingo por la noche.
¿Cómo sortearon la seguridad del Louvre?
Es la gran pregunta. El Museo del Louvre es uno de los emblemas nacionales, la pinacoteca más visitada de Francia y del mundo. Por tanto, de las más protegidas. En 2024 pasaron por sus salas 8,9 millones de personas, unas 30.000 cada día. Dos tercios son turistas extranjeros. Inaugurado en 1793, tiene un total de 24 hectáreas y es el museo más grande del mundo. Tiene la mayor colección de arte antiguo, con más de 30.000 obras expuestas. Entre las más emblemáticas y visitadas está la Gioconda, la Victoria de Samotracia o la Venus de Milo. Según el comunicado del Ministerio de Cultura, el “robo fue rápido y brutal” y cinco agentes presentes en la sala y en otras anexas activaron rápidamente el protocolo de seguridad: llamar a las fuerzas del orden y evacuar al zona. La fiscal detalló que las alarmas funcionaron, pero que “o los agentes no las escucharon o no sonaron en la Galería”.
¿Qué piezas contiene la galería de Apolo?
La galería de Apolo está en el lado sur del Museo del Louvre y en ella se exponen las piezas más importantes de la historia de Francia, lo que queda de las joyas de la Corona. Su valor patrimonial es por ello incalculable. Es una de las galerías más espectaculares de la pinacoteca y de las más visitadas. Además de obras y frescos, expone un total de 23 joyas, algunas anteriores a la Revolución Francesa, entre ellas los diamantes más valiosos de la colección, Regent y Sancy. También hay joyas de la época de Napoleón Bonaparte, durante el Primer Imperio, y del Segundo. De esta época se exponen las joyas que pertenecieron a Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III. La sala fue renovada en 2019 y fue inaugurada en enero de 2020.

¿Qué se sabe de las piezas robadas?
El listado se ha comunicado oficialmente a última hora. Se trata de nueve piezas, joyas de un valor incalculable, que pertenecieron a las reinas María Amelia, esposa de Luis Felipe I, y Hortensia, casada con Luis Bonaparte y madre del emperador Napoleón II. Entre las joyas hay una diadema, un collar de zafiros, dos pares de pendientes, un collar de esmeraldas, una diadema de la emperatriz Eugenia de Montijo, así como dos broches.
Piezas con esmeraldas, oro, zafiros y diamantes, pero sobre todo “de un valor patrimonial incalculable”, según la fiscal. De las nueve piezas sustraídas, solo se ha recuperado la corona que perteneció a la Emperatriz Eugenia de Montijo, una joya con más de 1.300 diamantes y 56 esmeraldas que ha aparecido fuera del museo, al perderla los asaltantes durante su huida.
¿El Louvre ha sufrido otros robos?
No es el primer asalto que tiene lugar en el emblemático museo. El robo más sonado fue el de la Gioconda, obra de Leonardo Da Vinci y la pieza más visitada. Ocurrió el 21 de agosto de 1911, cuando el italiano Vicenzo Peruggia, un antiguo empleado, accedió a la pinacoteca cuando estaba cerrada y se llevó el cuadro. Nadie se dio cuenta hasta el día siguiente. Se recuperó la obra dos años después. La Gioconda ha sufrido otros actos vandálicos y en enero del año pasado dos activistas arrojaron sopa sobre el cuadro. Como está protegido por un cristal, no sufrió daños.

¿Hay un problema de seguridad en los museos franceses?
Este insólito atraco digno de película pone en evidencia las fisuras que hay en la seguridad en algunos museos franceses, pues en las últimas semanas se han producido asaltos en tres centros del país. El domingo de la semana pasada cuatro individuos entraron con un arma en el Museo Jacques Chirac, en Corrèze, en el centro oeste del país. También fue de día y se llevaron un reloj de colección. Lograron huir, pero fueron detenidos días después.
El Museo Nacional de Historia Natural, en París, también fue asaltado hace unas semanas. Varios individuos accedieron al interior y se llevaron varias piezas de oro, valoradas en 600.000 euros. En la noche del 3 al 4 de septiembre, la alarma sonó de madrugada en el Museo Adrien Debouché, en Limoges, en el suroeste. El centro posee una vasta colección de cerámicas. Los ladrones rompieron una ventana, accedieron a una de las galerías de la pinacoteca y se llevaron varias cerámicas chinas de los siglos XIV y XV, cuyo valor se estima en siete millones de euros. Como dijo este domingo la presidenta del Museo del Louvre, Laurence des Car, estos hechos demuestran que “nuestros museos ya no son santuarios”.
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