Leonardo Sbaraglia, ante su debut teatral en España: “Espero que los que se quedan sin entradas para ver a Darín vengan a verme a mí”
El actor argentino se estrena en las tablas españolas con la adaptación de la novela ‘Los días perfectos’, de Jacobo Bergareche, después de rodar la nueva película de Almodóvar


Leonardo Sbaraglia nació en Buenos Aires, pero su rostro resulta tan familiar en España como en su país, donde despegó su carrera en el cine, la televisión y el teatro en los años noventa. Pertenece a esa estirpe de actores argentinos que compaginan con naturalidad trabajos allá y acá, alternando directores de ambos países como Pedro Almodóvar, Cesc Gay, Vicente Aranda, Rodrigo Cortés, María Ripoll, Marcelo Pyñeiro, Eduardo Mignogna o Eliseo Subiela. Él incluso se instaló en Madrid durante la primera década de los dosmil. No obstante, Sbaraglia tenía una espina clavada que está a punto de sacarse: desde este miércoles hasta el 26 de octubre se medirá cuerpo a cuerpo por primera vez con el público español sobre un escenario. Será en el teatro La Latina de Madrid con el monólogo Los días perfectos, basado en la novela homónima de Jacobo Bergareche, bajo la dirección de su compatriota Daniel Veronese.
El actor hace realidad este sueño “casi de milagro, entre rodaje y rodaje”, confiesa en una entrevista por videoconferencia desde Buenos Aires, en vísperas de volar a Madrid para su debut teatral. A sus 55 años atraviesa una etapa dorada, en plena madurez personal y profesional, conservando todavía aquel aire de canalla honrado que le dio fama en su juventud. Acaba de rodar su segunda película con Almodóvar, Amarga Navidad, que se estrenará el año que viene, en paralelo a la que filmó antes en Francia, Karma, con Marion Cotillard bajo las órdenes de Guillaume Canet. Además, el 12 de septiembre estrenó en Netflix la serie Las maldiciones, basada en una novela de Marcela Piñeiro, tras dar la campanada en Argentina este verano con otra serie, Menem, en la que interpreta al controvertido expresidente de su país. “Es quizás el trabajo más importante de mi vida. No solo por interpretar a un personaje real, sino por su importancia y por la polémica que todavía desata”, confiesa.
Pregunta. En Los días perfectos interpreta a un hombre en crisis de la mediana edad, le aburre la rutina del matrimonio. ¿Cómo lleva usted la madurez?
R. Bueno, yo no estoy en el caso que plantea la obra, una relación de pareja de 17 años. Yo estuve 20 años en pareja con la mamá de mi hija y fue un tiempo lleno de alegrías, pero también de cosas que no lo fueron tanto. En la obra la relación está aún activa, con un planteo de crisis, pero a la vez con el pedido que le hace el protagonista a su mujer para rescatar los días maravillosos que vivieron en el pasado. Es un pedido poético, creativo, a la imaginación, que justamente en este momento de inhumanidad que vive el mundo me parece pertinente. Hay muchos filósofos que hablan de la poesía y la creación como la única salvación. Y creo que esto es lo que está diciendo este espectáculo, que volvamos a confiar en la imaginación. La imaginación al poder como en el 68.

P. ¿No echa de menos la juventud?
R. En lo personal, no tengo particular nostalgia de nada. Cada quien va transitando su propio camino, su propio destino, su propia manera. A cada quien le tocó la vida que le tocó, que ya pasó. Y está en uno qué hacer en este presente y de cara al crecimiento en el futuro.
P. ¿Se arrepiente de algo?
R. De lo único que me arrepiento es quizás de no haberme animado a abrir algunas puertas antes en mi vida.
P. ¿Puertas personales o profesionales?
R. Profesionales diría que no. No tengo quejas en ese sentido. Más bien es algo personal. Como bien sabe todo el mundo, nosotros los argentinos estamos muy psicoanalizados, hablamos mucho de nuestros miedos, nuestros deseos... Yo creo que durante muchos años de mi vida estuve más escondido que mostrándome. Me cuesta concretarlo porque realmente es algo de una gran abstracción, que tiene que ver con algún tipo de herida que ni siquiera sabría nombrar. Pero poco a poco he ido pudiendo acercarme a más lugares de sombra, pisar charcos de muchísima vulnerabilidad.
P. ¿Se siente vulnerable ante su debut teatral en España?
R. Tengo un vértigo enorme porque hemos ensayado la obra en Buenos Aires y vamos a llegar a Madrid casi la víspera del estreno. Además, voy a hablar totalmente con acento argentino porque así está construido el personaje. ¡Espero que me entiendan!
P. Bueno, muchos compatriotas suyos han triunfado en las tablas aquí sin necesidad de cambiar el acento. De hecho, va a coincidir unos días en cartelera con Ricardo Darín, que está agotando las entradas cada día.
R. Cierto. Hay una larga tradición de actores argentinos que han trabajado en teatro en España. ¡Espero que todos los que se quedan sin entradas para ver a Darín vengan a verme a mí! [risas]
P. Con la cantidad de películas que ha rodado en España, ¿por qué ha tardado tanto en lanzarse al teatro aquí?
R. En realidad, cada vez me cuesta más hacer teatro. No porque no me guste, sino porque el mundo audiovisual es muy demandante y me resulta difícil comprometerme. Ya sabes cómo es esto, de pronto te surge una película, tienes que viajar y dejas plantado a todo el mundo. Eso no me gusta. De hecho, hace ya más de diez años que tampoco hago teatro en Argentina.
P. Lo cierto es que está en un momento álgido de su carrera, no para de empalmar películas y series.
R. Llevo un año tremendo. Parece que han sido cuatro en uno. Cuando todavía estaba terminando de rodar con Guillaume Canet me puse a ensayar lo de Almodóvar, con ese nivel de demanda que tiene. En esta segunda película con él me tocó un personaje mucho más exigente que el que tuve en Dolor y gloria. Bienvenido a ese desafío, aunque no fue fácil. De ahí me fui a México para rodar la segunda temporada de la serie Las azules. Y después vuelta a Argentina para ensayar la obra de teatro. ¡Uf!
P. Entre medias se estrenó la serie en la que interpreta a Menem, en un momento de gran convulsión política en Argentina.
R. Ha sido uno de los mayores desafíos de mi carrera. Como dices, hay una gran grieta en mi país, una fragmentación muy grande, que es la que alimenta al actual presidente Milei, igual que pasa en EE UU con Trump. Es muy desagradable y hasta difícil hablar de ello, porque en realidad yo soy un privilegiado respecto a todo lo que está pasando con la sanidad pública, la educación… Todo lo que estaba en manos de Estado está siendo atacado de una manera feroz. Entonces, frente a eso, cuesta recordar que también está pasando con organismos como el INCAA, que ha ayudado a generar en Argentina una cinematografía muy vasta, variada y admirada en todo el mundo. Yo ni siquiera hablo por mí, sino por los compañeros, justamente porque tengo una situación privilegiada y puedo trabajar allá y acá. Pero pareciera que tampoco uno puede hablar por los compañeros, que tampoco uno puede hablar en solidaridad con aquellos que han perdido el trabajo, sean trabajadores de la cultura, de la educación o de la ciencia. Es un momento realmente confuso.
P. ¿Cree que se va a ver muy resentido artísticamente el cine argentino en los próximos años?
R. Hay un tipo de cine que ya está costando mucho hacer. Es el cine más creativo, que está por fuera de la demanda de mercado. Ya se está haciendo menos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
