Bruno Aloi gana... Pedro Luis hace el toreo
El mexicano se proclama triunfador tras cortar una oreja del mejor novillo, en un serio y muy desigual encierro de Guadaira

Eran cerca de las 11.30 de la noche cuando, a través de los altavoces de la plaza, una voz pronunciaba el nombre del vencedor del certamen de novilladas nocturnas Cénate Las Ventas: Bruno Aloi. No hubo sorpresas. Al mexicano, clasificado injustamente para la final, le había tocado en suerte el mejor novillo y había cortado una oreja (protestada). Y, claro, como triunfador numérico, el jurado no se quiso complicar la vida.
Bruno Aloi ganó, pero no toreó. El que sí lo hizo fue Pedro Luis, el ganador moral de la noche. El peruano, que se había presentado en Madrid solo dos semanas antes, en este mismo certamen, causó una conmoción entre los pocos aficionados (que no público; de ese había bastante) presentes en la plaza.
Todo ocurrió en el sexto, al que recibió de rodillas frente a la puerta de chiqueros, con susto incluido. Para no ser arrollado por el bicho, que salió disparado de toriles, Pedro Luis tuvo que echar cuerpo a tierra, tras intentar sin éxito la larga cambiada. Se levantó el torero y, cuando creía que había salido indemne del trance, el de Guadaira se desentendió de los capotes de la cuadrilla y se fue a por él, alcanzándole por detrás, cuando llegaba al refugio del burladero. No pasó de ahí la cosa.
Pedro Luis, que ya había mostrado su valor y firmeza ante el blando y orientado tercero, citó en los medios al último, muleta por delante, y por poco vuelve a ser arrollado. Sin amilanarse, cerró al toro más en el tercio y ahí comenzó una faena que contó con algunos naturales y remates soberbios. Asentada la planta, sin mover un ápice las zapatillas, enganchó al animal por delante y se lo llevó toreado y templado hasta el final, colocado en el sitio, muy de verdad, sin ventaja alguna. La afición se frotaba los ojos, no podía creerlo: “¡Un novillero haciendo el toreo!”.
Transmutado en verdadero artista, con el novillo ya muy parado, hasta quiso gustarse en un inspirado final que tuvo aroma añejo. Tenía la oreja en la mano y, seguramente, también el certamen, pero pinchó hasta en cuatro ocasiones antes de dejar una estocada. Perdió el trofeo, pero le obligaron a dar una vuelta al ruedo de las de verdad.

Muy diferente fue la faena de Bruno Aloi ante el notable y completo cuarto, muy serio por delante, que empujó de veras en el caballo, y que embistió con nobleza y boyantía en el último tercio. Aloi, que sí había estado por encima del muy deslucido y reservón primero, anduvo manifiestamente por debajo de la calidad de su oponente y demostró ser un aventajado alumno del destoreo moderno. Al igual que la mayoría de las “figuras” actuales, abusó de encimismo y dirigió casi siempre al toro en línea, descargando constantemente la suerte para ligar los muletazos con facilidad.
Y faltaba el remate. Con la gente metida ya en el bolsillo, se echó de rodillas para ejecutar un manojo de manoletinas tan vulgares como jaleadas. La estocada, con voltereta incluida, terminó de encender los tendidos. Su cuadrilla y los siempre inefables mulilleros —¿para cuándo una multa?—, hicieron el resto. Oreja y un certamen que no mereció.
No tuvo tanta suerte El Mene. Aunque le correspondió un segundo de cierta calidad, codicia y recorrido, no tuvo opción frente al manso y muy descastado quinto. Ante el primero volvió a demostrar que no es uno más, que tiene personalidad y un buen concepto, pero que le pierden los nervios. Acelerado y despegado a veces, firmó una buena tanda al natural y un excepcional ayudado doblándose por bajo. Frente al otro, abrevió.
Terminó una nueva edición del certamen Cénate Las Ventas (invento maligno) quedando en evidencia, una vez más, aquello de que no siempre ganan los mejores. La vida misma.
Guadaira / Aloi, El Mene, Pedro Luis
Novillos de Guadaira, bien, aunque desigualmente presentados, serios, algunos justos de remate, mansos (salvo el 4º) y de juego muy desigual. Destacaron por su calidad, nobleza y codicia el 2º y, especialmente, el 4º, muy completo. Blando y orientado el 3º; descastados y deslucidos 1º y 5º.
Bruno Aloi: _aviso_ estocada (saludos protestados); estocada algo trasera y desprendida _aviso_ (oreja protestada).
El Mene: media estocada perpendicular (vuelta tras petición); pinchazo y pinchazo hondo (silencio).
Pedro Luis: pinchazo y estocada delantera y desprendida _aviso_ (palmas y sale a saludar); pinchazo _aviso_, otros tres pinchazos y estocada (vuelta).
Plaza de toros de Las Ventas. Jueves 24 de julio. Final del certamen 'Cénate Las Ventas'. Algo menos de media plaza (10.983 espectadores, según la empresa).
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