Muere Eduardo Gageiro, el fotógrafo que atrapó la magia de la Revolución de los Claveles
El fotoperiodista fue encarcelado durante la dictadura de Salazar por publicar el retrato de una viuda pobre de Nazaré


Eduardo Gageiro ha fallecido este miércoles en un hospital de Lisboa a los 90 años, según la agencia Lusa. Algunas de sus fotografías, sin embargo, están destinadas a no morir nunca. Gageiro fue uno de los reporteros que captó para el mundo la tensión, la sorpresa y finalmente la magia de la Revolución de los Claveles, que acabó con la dictadura del Estado Novo el 25 de abril de 1974. Una de sus imágenes míticas muestra a soldados rebeldes con claveles en los cañones de los fusiles, incluida en la exposición permanente de la Casa de la Historia Europea en Bruselas, pero su trayectoria está repleta de fotografías redondas, como se constató en la gran exposición con la que resumió su trayectoria el año pasado en Lisboa.
Durante una conversación en la Cordoaria Nacional, donde se exhibían unas 170 imágenes, Gageiro relató a este diario su paso por la prisión durante la dictadura y el traumático legado de aquella experiencia. Después de publicar en la portada de una revista el retrato de una viuda de Nazaré mientras arrastraba las redes de pesca de una embarcación, la policía política le detuvo por su trabajo. “Durante el interrogatorio los agentes me dijeron que aquella foto era una vergüenza y que debía retratar paisajes en lugar de gente humilde”, rememoraba el fotógrafo.
Durante tres meses estuvo aislado en una celda en la prisión de Caxias, donde se encerraba a los presos políticos que combatían el régimen de Salazar, primero, y Marcelo Caetano, después. En aquel pequeño espacio ni pasaba nada ni había nada, solo paredes blancas que se convirtieron en un elemento agresivo. Después de salir de la prisión, Eduardo Gageiro era incapaz de observar sin angustiarse una pared blanca. “Me traumatizó mucho”, confesaba aquel día de 2024, sentado en una sala de la Cordoaria Nacional repleta de visitantes.
Su exposición fue un gran éxito. Además de la imagen histórica donde se ve al capitán Salgueiro Maia mordiéndose el labio para no llorar, emocionado en el instante en que es consciente de que el golpe de los militares de abril acaban de vencer a las tropas fieles a la dictadura, se mostraban otras que desvelaban el perfeccionismo de la cámara de Gageiro, ya fuesen imágenes de arquitectura, paisajes o retratos. Varias retrataban escenas de la vida obrera con una estética que evocaba el realismo soviético, muy valorado en los años sesenta y setenta por el fotógrafo, cercano al Partido Comunista Portugués.
Retrató a la clase política que marcó la historia de Portugal en las últimas décadas con imágenes que siempre daban más que las ofrecidas por un disparo impulsivo. Gageiro hizo uno de los mejores retratos de Salazar mientras se asomaba a ver el océano en el fuerte militar donde pasaba sus vacaciones en 1964. Pero también fue el cronista gráfico de la cultura, el deporte y la vida cotidiana, que pueden verse en alguno de los siete libros sobre su obra que publicó.
Gageiro había nacido en 1935 en Sacávem. Allí trabajó en una fábrica de porcelana donde, aseguraba, aprendió el arte de la composición. Empezó a colaborar en prensa en 1957, aunque se enorgullecía de haber publicado su primera foto periodística con 12 años en la portada del Diário de Notícias. Pasó por diferentes cabeceras portuguesas, además de ser el corresponsal de Associated Press. Durante la Revolución de los Claveles, era el jefe de fotografía de O Século, que cerraría en los convulsos meses que siguieron a la caída de la dictadura. Durante la democracia sería el fotógrafo oficial del presidente de la República, António Ramalho Eanes. Su obra recibió numerosos premios. Su archivo fue adquirido en 2024 por el Ayuntamiento de Torres Vedras para crear una casa-museo.
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