Luis Arroyo reelegido como presidente del Ateneo de Madrid con el 67% del voto

Luis Arroyo ha sido reelegido con el 67% del voto como presidente del Ateneo de Madrid, junto a su candidatura Grupo 1820, en las elecciones celebradas este miércoles. En estos comicios se buscaba renovar, por un periodo de dos años, a seis de los 11 miembros que conforman la Junta de Gobierno. Han votado 620 ateneístas de los 2.600 socios convocados.

El Grupo 1820 (en referencia al año de fundación de la institución) entró a gobernar en junio de 2021 con el objetivo de acometer una esperada, y discutida, renovación del Ateneo. La ardua tarea de modernizarse manteniendo las esencias y sin caer en la decadencia. “Ahora toca acabar el trabajo”, dice Arroyo.

Su programa se ha fundamentado en algunos puntos. El primero: conseguir socios. Ya la creación del Grupo 1820 impulsó las afiliaciones, pero desde hace cuatro años han crecido de 1.700 a 2.600. “Esto para mí es muy importante: una institución debe tener un número de socios estable, y aquí no paraba de caer desde la refundación democrática del Ateneo en 1984, cuando se llegó a la cifra de 6.700”, dice el presidente.

Otra preocupación del equipo de Arroyo era lograr una mayor relevancia pública, más actividad y visibilidad, cosa que el presidente considera lograda. Y el tercer pilar ha sido el financiero: de un presupuesto de unos 900.000 euros ha pasado a casi dos millones anuales. Uno de los momentos más polémicos sucedió cuando, en 2023, la Comunidad de Madrid, presidida por Isabel Díaz Ayuso, retiró una subvención de 100.000 euros al Ateneo... y a ninguna otra institución más. Pero ahora, dice Arroyo, la colaboración ha regresado y las relaciones son correctas.

Sus mandatos han parecido llenos de beligerancia y críticas. “En realidad el Ateneo siempre ha sido un espacio beligerante, solo que antes de nuestra llegada esa bronca no tenía tanta difusión. Eso sí, la oposición viene de un grupo pequeño pero muy vociferante”, dice Arroyo. Al presidente se le ha acusado de dictatorial o se le ha afeado su vinculación política con el PSOE. “¿Es que no se puede ser de un partido político? ¿Acaso Azaña no fue presidente del Ateneo?”, se sorprende Arroyo. Pero, a pesar de los titulares y las acusaciones, el presidente prefiere quitarle hierro a la cosa: “Si la gente viene verá que hay muy buen rollo y que no pasa nada. A veces las cosas son así en una institución tan viva, democrática y participativa como esta”.

Algunas de las acciones más vistosas promovidas por el Grupo 1820 han tenido que ver con la revitalización como club social de la célebre sala de la Cacharrería, famosa por sus tertulias en las que se reunía la plana mayor de la intelectualidad española; o la inclusión de mujeres en la galería de retratos donde, entre muchos hombres oscuros y decimonónicos, estaba muy sola Emilia Pardo Bazán.

Ahora la acompañan Almudena Grandes, Carmen Laforet, Clara Campoamor, Carmen de Burgos, María Zambrano, Elena Fortún o Rosa Chacel. También ha entrado un hombre: Federico García Lorca. “Lo que me sorprende es que una cosa tan sencilla e importante no se hubiera hecho antes”, dice Arroyo. Entre los trabajos a culminar, la puesta en marcha de la cantina, ahora clausurada por problemas con la empresa concesionaria, que el presidente quiere tener abierta antes del verano, o, como muy tarde, para el nuevo curso.

Otros cargos reelegidos han sido Pepita Marín (miembro del Consejo de Administración de Prisa, editora de EL PAÍS), como secretaria primera, Gonzalo Vázquez, como vicepresidente segundo, Miguel Rellán, como vocal segundo, Ana Santos, como socia bibliotecaria, e Isabel Fuentes, como depositaria. Así, el Grupo 1820 se impuso a la candidatura de Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo, con la presidencia de Miguel Pastrana y a la Candidatura por la Recuperación de la Esencia del Ateneo, presidida por María Teresa Pedraza Guzmán de Lázaro.