Manuel Paredes, el urbanista que contribuyó a remodelar Vallecas

El urbanista Manuel Paredes Grosso murió el miércoles, 10 de mayo, en Madrid a los 84 años. Natural de Cádiz, vino a Madrid a estudiar en la Escuela de Arquitectura en los años sesenta, y con otros arquitectos fundó Arquitectos, Urbanistas e Ingenieros Asociados (AUIA), uno de los equipos de urbanismo social más activos en el Madrid de la Transición.

Manolo Paredes participó en los debates de urbanismo de la Comunidad de Madrid, en un momento en que se luchaba por encontrar solución a miles de emigrantes procedentes de Extremadura y Andalucía que habían construido sus propias infraviviendas en el extrarradio de Madrid. Se implicó personalmente en esa transformación. Contribuyó a fundar la primera asociación de vecinos de España, en Palomeras Bajas, y dirigió técnicamente una de las operaciones de realojamiento con participación vecinal más reconocidas de Europa. 12.000 familias se trasladaron de chabolas a viviendas nuevas y la operación fue premiada en la cumbre Hábitat de Estambul (Naciones Unidas, 1992).

Su labor en Vallecas ha merecido numerosos reconocimientos en los ámbitos profesionales y sociales. Es especialmente recordado por los vecinos y compañeros por su sensibilidad y proximidad a los problemas de la gente, que contribuyó a mejorar en un momento crítico de nuestra historia.

En los años ochenta, se incorporó a la sociedad pública de vivienda SGV, desarrollando diversas operaciones en el conjunto de España, entre las que cabe reseñar el barrio de Fontiñas, en Santiago de Compostela, trabajo por el que obtuvo diversos reconocimientos profesionales dentro y fuera de España.

En sus últimos años, Manolo Paredes recuperó su relación con su Cádiz natal, promoviendo junto con otros profesionales nacidos en la ciudad el Foro de Cádiz 2012. Desde esa institución, desplegó un amplio trabajo de difusión del patrimonio histórico de la ciudad, con el objeto de promover el reconocimiento de la misma como Patrimonio Mundial de la Unesco. Dicho trabajo, compartido con otros autores, quedó plasmado en un libro que publicó la Diputación de Cádiz con el título de Tres siglos de Cádiz Colonial 1596-1998: ciudad, comercio, viajeros y cultura.

Manolo Paredes ha sido un gran compañero de Pilar, muy buen padre para Irene, y juntos formaron una familia que supo disfrutar plenamente de la vida. Muy amigo de sus amigos y gran conversador y polemista, fue invitado a participar en múltiples charlas e intervenciones, tanto en la Universidad como en otros ámbitos profesionales.

Su energía siempre nos acompañará.