La salud de Bruce Willis se agrava con un nuevo diagnóstico de demencia

La salud de Bruce Willis se agrava. La familia de la estrella de Pulp Fiction y la saga de Die Hard (La jungla de cristal en España) ha informado este jueves de que el actor padece demencia frontotemporal. “No hay tratamientos para esta enfermedad, una realidad que esperamos que cambie en los próximos años”, han informado en un comunicado los familiares de Willis, de 67 años. Después de haber sido uno de los principales hombres de acción en Hollywood en las décadas de los 80 y 90, el intérprete se vio obligado a abandonar la actuación el año pasado, cuando se reveló que sufría una afasia, una enfermedad que afecta al habla.

Emma Heming, la esposa de Bruce Willis, ha publicado esta mañana en las redes sociales un extenso mensaje sobre la salud de su marido. “La condición de Bruce ha avanzado y ahora tenemos un diagnóstico más específico... Desafortunadamente, las dificultades del habla son solo un síntoma de la enfermedad que Bruce sufre”, señala Heming, quien se casó en 2009 con el protagonista de El sexto sentido. La pareja tiene dos hijos, Mabel Ray y Evelyn Penn.

La familia ha llamado a la demencia frontotemporal una “cruel” dolencia que es desconocida para muchos. Esta, indican, es más frecuente en las personas menores de 60 años y aparece entre el 10% y 20% de todos los diagnósticos ligados a la demencia. “Esperamos que los medios puedan poner más atención y se enfoquen en dar a conocer esta enfermedad, que necesita ser más investigada”, afirman los familiares.

Heming Willis, una modelo británica, ha utilizado para el mensaje de este jueves una imagen de su esposo caminando por la playa. En abril del año pasado, la mujer subió a su cuenta de Instagram una fotografía de ambos paseando por un bosque, tomada por una de sus hijas. Esto fue poco después de haber comunicado al mundo que Willis sufría de una afasia que “afectaba sus habilidades cognitivas”, lo que lo obligaba a abandonar una prolífica carrera cinematográfica.

La noticia de este jueves también fue compartida por Rumer Willis, la primogénita de Willis con su anterior esposa, la actriz Demi Moore. “Nuestra familia desea expresar nuestra gratitud más profunda por las increíbles muestras de amor y apoyo y las historias que hemos recibido desde que compartimos el diagnóstico inicial de Bruce”, aseguró Rumer, quien tiene 34 años y ha seguido los pasos de sus padres en Hollywood. El diagnóstico ha sido compartido también por Demi Moore, con quien Willis mantiene una buena relación. El texto está acompañado de información médica sobre la FTD y el comunicado estaba firmado con “amor y agradecidas” de parte de “las damas de Willis/Moore”.

En marzo de 2022, Willis se convirtió en noticia mundial cuando se dio a conocer que ponía punto final a más de 40 años de trayectoria. La causa era un trastorno del lenguaje provocado por un daño en la parte del cerebro. La afasia está usualmente vinculada a un ictus, un tumor cerebral o a las dolencias degenerativas como el alzhéimer. El actor, se explicó entonces, tenía problemas para hablar o comprender a otras personas. Se calcula que cada año unas 100.000 personas son diagnosticadas con esta enfermedad en Estados Unidos. En toda Europa son unas 300.000.

Willis se hizo famoso en todo el mundo en los años ochenta con la serie televisiva Luz de luna, en el papel del detective privado David Addison, que protagonizó junto a Cybill Shepherd. También participó en éxitos de taquilla como Pulp Fiction, de Quentin Tarantino (1994); Doce monos (1995), de Terry Gilliam; El sexto sentido (1999), dirigida por M. Night Shyamalan, y Moonrise Kingdom (2012), dirigida por otro reputado director, Wes Anderson, compartiendo protagonismo con Bill Murray o Edward Norton.

En 2015 protagonizó la adaptación teatral de la novela Misery, de Stephen King, saltando así a los escenarios de Broadway. La crítica teatral neoyorquina valoró muy negativamente su interpretación, tachándola de “inerte o vacía”. Desde entonces, su carrera se centró en cine de bajo presupuesto o serie B. Muchos de los títulos fueron crucificados por la crítica: en otras ocasiones su trabajo, enorme en volumen, pasó inadvertido.