La Biblioteca Nacional duplica sus visitas virtuales

La pandemia de la gripe española, que entre 1918 y 1920 acabó con la vida de más de 40 millones de personas en todo el mundo, no cerró las puertas del gran edificio de la Biblioteca Nacional de España. En tres siglos de historia, el pasado 12 de marzo fue la segunda vez que la institución quedaba clausurada. La primera fue en 1936, con las bombas de la Guerra Civil. Sobre su techo cayeron 22 proyectiles franquistas. De aquellas batallas el centro conserva la memoria intacta y a disposición de cualquier ciudadano. Cientos de fotos y documentos del frente y de la retaguardia están disponibles.

La crisis sanitaria ha cerrado este mes el edificio, pero la BNE ha renacido más allá del Paseo de Recoletos. Según los datos de la institución, el tráfico de la web y la descarga de documentos en línea de dominio público se ha duplicado desde el pasado día 13 de marzo. Se ha pasado de poco más de 5.000 usuarios por jornada a 10.000 cada día durante las dos semanas de confinamiento transcurridas desde la declaración del estado de alarma. El número de páginas vistas se acercó a las 60.000 el 17 marzo, cuando lo normal hasta ahora eran 20.000.

“El confinamiento ha fomentado la curiosidad intelectual de las personas”, reconoce Ana Santos, directora de la institución desde 2013. Los documentos más consultados en la última semana ha sido el poemario Canciones (1927), de Federico García Lorca, con el que celebraron el día Internacional de la Poesía, el pasado 21 de marzo. “Cuando sale la luna/ se pierden las campanas/ y aparecen las sendas/ impenetrables./ Cuando sale la luna,/ el mar cubre la tierra/ y el corazón se siente/ isla en el infinito”, dice el poema La luna asoma.

Otro de los hitos literarios que más visitas ha recibido en la crisis del Covid-19 es El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. La Biblioteca dispone de varias ediciones históricas digitalizadas y abiertas al público. También están disponibles para leer en el móvil o la tableta las obras completas de Benito Pérez Galdós. “La institución se ha desplazado a lo digital, para rematar la estrategia que traíamos desde hace años y ofrecer contenidos que hagan comunidad”, añade la directora. En estos momentos hay cerca de 250.000 documentos digitalizados y accesibles, fruto de la campaña que arrancó en el año 2009. Entonces se firmó un acuerdo con Telefónica, que invirtió 10 millones de euros para trabajar durante cuatro años en una primera ola de digitalización. Además de libros, cartas, mapas y fotografías, los materiales incluyen grabaciones sonoras de conferencias o cuentos.

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