Cine alemán: abierto a todo
Aunque el nuevo cine alemán no tiene mucha audiencia en su país, por fuera gana festivales y sus actores y actrices empiezan a despuntar


Los directores alemanes viven sensaciones parecidas a las de sus homólogos españoles. Van de festival en festival cosechando premios pero en casa sus películas, salvo raras excepciones, no son muy vistas. Los menores de cuarenta años sufren además del tapón de la generación precedente (Christian Petzold) que a su vez lucha contra la sombra de las vacas sagradas como Wim Wenders o Volker Schlöndorff. Su eclecticismo y su talento les salvarán en los próximos años, aunque ahora aún deban buscar su hueco. Los siguientes son algunos de las más prometedoras figuras de la dirección y la actuación:
DIRECTORES

Maren Ade (Baden-Württemberg,1976). Productora y directora de múltiples gustos. Su película de graduación, Der wald vor lauter bäumen obtuvo el Premio Especial del Jurado en la sección World Cinema de Sundance 2005. En 2009 presentó en la Berlinale Entre nosotros. Actualmente está montando su tercer largo. Como productora está detrás de filmes tan eclécticos como la portuguesa Tabú o la uruguaya Tanta agua.
Bora Dagtekin (Hannover, 1978). El director taquillero del momento gracias a Fack ju Göhte (2013), de la que está preparando su segunda parte. Un ladrón que apenas sabe leer acaba convertido en profesor suplente para encontrar un botín escondido en el colegio. En 2013 vendió más de seis millones de entradas, superando en taquilla ese año a El hobbit.
Christian Alvart (Jugenheim, 1974). El cineasta que fue a Hollywood. A la estela de otros directores germanos que triunfan en Estados Unidos, en 2005 el AFI Festival fue seleccionado como “uno de los cinco directores a seguir” y Alvart se quedó en EE UU donde ha realizado Expediente 39 y Pandórum. Hoy trabaja más en Alemania con títulos como Banklady’ (2013) o la serie El lugar del crimen’
Jan Ole Gerster (Hagen, 1978). El auteur. Su largo de debut, Oh boy (2012), deslumbró con sus referencias a Truffaut, Malle, Scorsese, su uso del blanco y negro y su Berlín alejado del turisteo, y con un protagonista treinteañero que parece arrastrarse por la vida con desidia y sin rumbo. Resultado: seis premios en la gala del cine alemán de aquel año, galardones por festivales de todo el mundo. Y todo el futuro por delante.
ACTORES

Daniel Brühl (Barcelona, 1978). La estrella internacional. No hay un actor alemán de menos de cuarenta años con su fama y su carrera. De madre española, su nombre real es Daniel César Martín Brühl González Domingo, y tras saltar a la fama con Good bye, Lenin (2003), ha sabido mezclar trabajos interesantes alemanes (Los edukadores) con rodajes en inglés (Rush, El hombre más buscado, El quinto poder), filmes de Hollywood (Malditos bastardos) y películas españolas (Salvador, Los Pelayos, Intruders).
Tom Schilling (Berlín, 1982). El futuro es suyo. Actor infantil, el público alemán ha asistido a su maduración película a película. Secundario interesante, presente en títulos como Las partículas elementales, Escuadrón letal o RAF Facción del ejército rojo, su interpretación en Oh boy le reportó elogios y premios, y ofertas potentes como la serie Hijos del III Reich o películas como Woyzeck, Ludwig II o Postumous, que le ha abierto las puertas al mercado anglosajón.
ACTRICES

Nina Hoss (Stuttgart, 1975). La estrella del momento. Era uno de los rostros populares del cine alemán con La masai blanca, Yella (Premio a la mejor actriz en la Berlinale de 2007) y Una mujer en Berlín –y tras haber debutado en un teatro a los 14 años-, Hoss, hija de actriz y del cofundador del Partido Ecologista alemán, se ha hecho popular entre los cinéfilos por su papel protagonista en Bárbara. Ahora se la puede ver como ayudante de Philip Seymour Hoffman en El hombre más buscado.
Nora Tschirner (Berlín, 1981). La cómica. Intérprete nacida en Berlín Este, hija de un prestigioso director de documentales, su terreno es el de la comedia romántica. En Alemania se hizo famosísima con Kebab connection (2004), y después han llegado Un conejo sin orejas, Los cocodrilos (que ya lleva dos secuelas) o la comedia española Bon appétit’, de David Pinillos, donde seducía en la cocina de un restaurante suizo de lujo a Unax Ugalde.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Archivado En
Últimas noticias
Estados Unidos ataca al Estado Islámico en Nigeria tras las amenazas de Trump por los asesinatos de cristianos
Se eleva a 10 el número de fallecidos al volcar un autobús en Veracruz
La Fiscalía de Ciudad de México confirma que el hombre asesinado en la Zona Rosa era El Panu, jefe de seguridad de Los Chapitos
Navitrans, una cena de navidad para personas LGBT+ en condición de calle y trabajadoras sexuales
Lo más visto
- Víctor Bermúdez, profesor de Filosofía: “Hemos perdido el control del proceso educativo, lo que damos en clase es en gran medida un simulacro”
- Zelenski confirma que cualquier pacto con Rusia deberá ser ratificado en referéndum
- La revalorización de las pensiones queda en el aire por la negativa de la derecha a apoyar otras medidas sociales
- Los ‘whatsapps’ de Mazón a Feijóo del día de la dana: “Un puto desastre va a ser esto presi”
- “Un jardín con casa, no una casa con jardín”: así es la premiada vivienda de 146 metros cuadrados que se camufla con la vegetación




























































