El artista de lo que el ojo no ve

La imagen de un NO gigante sobre la cabeza del Papa Benedicto prendió ayer como la pólvora por la Red. Un disparo que tuvo lugar el pasado verano durante las Jornadas Mundiales de la Juventud organizadas en Madrid y que pasó inadvertido para el ojo humano pero no para las miles de cámaras que entonces recogían el momento. La acción fue organizada por el artista español Santiago Sierra, pero detrás estaba Julius Von Bismarck, fotógrafo y artista alemán de 29 años que ha patentado el invento que hizo posible ese fantasmagórico NO sobre la cabeza del pontífice.

El resultado de esta acción (No proyectado sobre el Papa) se presentó en la jornada inaugural del festival de fotografía PhotoEspaña, concretamente en la sala Off Limits, que este año participa en el evento madrileño. Allí, junto a dos reproducciones a gran escala del instante, se exponía en una vitrina a la culpable del lío: la Image Fulgurator. A su lado, alto, reservado y con una barba a lo Chewbacca que parece aislarle aún más, Von Bismarck compareció sin presentaciones y sin Sierra. Tímido, explicó su invento: “Es una cámara réflex manipulada, ya no sirve para fotografiar sino para infiltrar imágenes que el ojo humano no capta. Pero sí las cámaras que entonces disparan”.

Nacido en Berlín en 1983 y criado en Arabia Saudí, Von Bismarck prefiere no comentar los resultados de sus acciones de guerrilla en estos actos públicos masivos: “Las fotos deberían hablar solas”. Por delante del objetivo de la Fulgurator han pasado Obama durante un discurso público en Berlín (“Puse la imagen de un crucifijo en su atril”) o una paloma de la paz sobre el rostro de Mao en Tiananmen.

Hace un año, cuando acudió a las jornadas católicas, nadie reparó en él ni en su cámara, como corresponde por lo demás a un artista que trabaja con la clase de cosas que el ojo no ve.