Antisistema con fondo acomodaticio

La primera pregunta que surge tras el desenlace de El sexo de los ángeles es cómo una película que va de antisistema en el plano económico, social, sexual y hasta moral, puede ser en el fondo tan poco antisistema, tan proclive al acomodaticio aquí-me-las-traigan. Xavier Villaverde, veterano realizador gallego de carrera un tanto errática (Continental, Finisterre y Trece campanadas son títulos de los que nadie se acuerda pero que en su momento no molestaban), ha compuesto una historia de desenfreno juvenil que pretende querer tener los pies en la tierra por la que ahora pisan los veinteañeros, movediza sobre todo en el plano laboral, pero que en realidad esconde un mensaje poco tranquilizador.
Pongamos unos cuantos ejemplos: ¿por qué la revista en la que trabajan algunos de ellos, y en la que ninguno cobra, se enorgullece y brinda, copas en mano, por haber llegado a un acuerdo de financiación con una distribuidora cinematográfica que está dispuesta a poner dinero a cambio de un buen trato para su película? ¿Por qué si no tienen un duro tienen una oficina tan estilosa? ¿Quién la pagaba? ¿Por qué algunos de ellos, por muy okupas y radicales que parezcan políticamente, siempre terminan echando mano de papá o de un cuñado para vivir a cuerpo de rey y mantener incluso unas motos estupendas? Simplemente porque la película no es verosímil o no es coherente con sus ideas, o ambas cosas. Y aunque sea cierto que el triángulo amoroso-sexual que protagoniza el relato llega hasta sus últimas consecuencias, la sociedad ha cambiado mucho (para bien) y su culminación, quizá escandalosa hace 20 años, ahora solo resulte traviesa.
'El sexo de los ángeles'
Dirección: Xavier Villaverde.
Intérpretes: Astrid Bergès-Frisbey, Álvaro Cervantes, Llorenç González, Lluïsa Castell, Ricard Farré.
Género: drama. España, 2012.
Duración: 110 minutos.
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