Un licor de 65 hierbas y barrica de roble gana espacio en la coctelería chilena
Jägermeister Manifest, la versión premium del tradicional elixir alemán, gana espacio en bares y restaurantes de alta gama en Santiago y otros puntos de la Región Andina


En un país de tradición vitivinícola donde el vino y el pisco han dominado históricamente las preferencias de consumo, algunos licores internacionales han comenzado a posicionarse con fuerza en la última década. El crecimiento de la cultura de la coctelería, el aumento del turismo y la diversificación de la oferta gastronómica han abierto espacio a propuestas antes consideradas de nicho. Entre ellas, los elixires herbales y los destilados premium han conquistado un lugar en las cartas de bares y restaurantes, especialmente en Santiago.
Uno de los casos más recientes es el de Jägermeister Manifest, una versión de lujo del tradicional licor alemán conocido por su fórmula de 56 hierbas. Esta nueva variante, lanzada como una apuesta por la sofisticación, ha sido incorporada con éxito en la coctelería de autor en la Región Andina, con Chile como su principal mercado.

Elaborado en Alemania mediante un proceso que incluye cinco maceraciones con más de 65 hierbas y especias, además de un envejecimiento en barricas de roble, Manifest apunta a un consumo más pausado. A diferencia de su antecesor -reconocido globalmente por su formato de shot- este licor se sirve ligeramente frío o a las rocas, y destaca por su complejidad aromática con notas de vainilla, cardamomo y azafrán.
En Santiago, distintos establecimientos gastronómicos han desarrollado preparaciones específicas para este destilado. Piso Uno ofrece el Manifest Sour, una reinterpretación del clásico pisco sour; Malva Loca incorpora el licor en una variante del negroni, y el bar Misceláneo apuesta por servirlo en su forma más pura, destacando su carácter robusto.

“Es un licor que no necesita grandes artificios. Apunta a espacios curados y momentos que se disfrutan sin prisa”, explican desde Misceláneo. Esta visión coincide con la estrategia de la marca, según detalla Constanza Espinosa, gerente para la Región Andina de Jägermeister: “Manifest no está pensado para el consumo masivo, sino para quienes buscan experiencias diferentes, sofisticadas y memorables”.
Chile ha sido identificado como un mercado clave por la compañía, que distribuye este producto a través de la firma nacional DESA, con más de tres décadas en el rubro. Su despliegue ha incluido activaciones en entornos no convencionales, como el centro de esquí La Parva, a más de 2.700 metros sobre el nivel del mar.

Más allá de su perfil de lujo, Jägermeister Manifest forma parte de una tendencia más amplia: la búsqueda de bebidas que acompañen momentos significativos, en espacios diseñados para la conversación, la pausa y la apreciación. En un entorno donde los consumidores exploran cada vez más el valor simbólico de lo que consumen, este licor alemán no solo ofrece una experiencia sensorial, sino también una narrativa. Una que conecta tradición, alquimia moderna y una nueva forma de entender el disfrute: con profundidad, estilo y, sobre todo, intención.