Colau bajará el carril bici de la Gran Via a la calzada

El Ayuntamiento de Barcelona se propone bajar el carril bici de la Gran Via, que hoy está pintado sobre las dos ramblas de la avenida, a la calzada. De momento, empezará con el tramo que va entre la calle de Vilamarí a la de Aribau. Las obras para hacerlo, que salieron a concurso la semana pasada, se harán en un plazo de ocho meses y supondrán la eliminación de un carril de circulación para los coches. Una vez finalizados esos trabajos, el Gobierno de Ada Colau prevé seguir hasta la plaza de las Glòries mediante tres fases más.

Es una demanda histórica de los ciclistas de Barcelona: que el carril bici de la Gran Via, pintado sobre las dos ramblas de la avenida, baje a la calzada. Y el Gobierno de la alcaldesa Ada Colau se dispone a hacerlo, comenzando por el tramo entre Vilamarí (a dos calles de la plaza de Espanya) y Aribau (plaza de la Universitat). El carril bici, segregado, se ubicará en los laterales, donde robará dos metros de calzada de los cinco existentes, por lo que eliminará un carril de circulación. Por el lado montaña, compartirá espacio con autobuses, taxis y vehículos de reparto o vecinos. Por el lado mar, con todos los vehículos.

La empresa pública Bimsa, que se encarga de las obras del Ayuntamiento, sacó a concurso la obra esta semana. En concreto, de un tramo de 1,3 kilómetros con un contrato que tiene un valor estimado de 800.000 euros y prevé un plazo de ejecución de ocho meses. Las tareas no forman parte del plan para desplegar nuevos carriles, sino en el de mejora de los existentes.

La documentación adjunta a la oferta prevé que en otras fases se baje a calzada la totalidad del carril bici de la Gran Via, de 4,6 kilómetros. Se hará en tres etapas: de Aribau a Bailén, de Bailén a Marina y de Marina a Glòries. De acuerdo con el manual de carriles bici, tendrá dos metros de ancho: 1,5 corresponden al carril, 20 centímetros a las franjas de pintura y otros 30 a los elementos separadores.

El caso de la Gran Via es parecido a otras zonas como la Diagonal o el paseo de Gràcia. El carril bici comparte espacio con peatones, con las consecuentes molestias para unos y otros, sobre todo en las concurridas paradas de autobús. Y las obras consistirán en bajarlo a la calzada, pegándolo a las isletas peatonales y segregándolo con piezas de goma, las que se conocen como juanolas.

Acaba de hacerse lo mismo también en el paseo de Sant Joan, desde la calle de València hasta Travessera de Gràcia. La ciudad también ha estrenado esta semana otro carril: el de Pujades, en paralelo a la parte superior del parque de la Ciutadella. Ha pasado de ir pegado a la valla del parque a ocupar el espacio central de la calzada, segregado del tráfico y de doble sentido.